Respecto a Gasteiz, el PNV ha afirmado que un hipotético acuerdo estaría condicionado a lograr la estabilidad –han rechazado que se repita el «desastre» de Donostia– y un programa para conseguir que sea «una ciudad abierta, moderna, acogedora, integradora, y sobre todo, que sea no excluyente y plural».
El PNV ha indicado que «el fin último es la estabilidad» tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación y no admitirán que se logre en una institución «costa de la otra. No queremos vestir un santo desvistiendo otro».
Según las mismas fuentes, el PNV de Araba no ha observado en EH Bildu una disposición a garantizar esa estabilidad en la institución foral y cree que la coalición soberanista «intenta desvincular la negociación» del Ayuntamiento de la de la Diputación, y considera que «está jugando con los tiempos con fines tácticos», ya que la constitución de los consistorios es este sábado mientras que la de las diputaciones serán a principios de julio.
El PNV teme que si respalda la marcha de Maroto se cree una «grieta» con el PP que EH Bildu y Podemos aprovecharían para nombrar diputado general. El PNV y el PSE suman 18 procuradores, mientras que EH Bildu y Podemos 19, con lo que Ramiro González necesitaría el respaldo del PP. Por ello reclama «garantías» a la coalición soberanista.