Vuelven libres a un país que ha cambiado mucho en estos seis años, debido precisamente a la iniciativa política por la que han sufrido este castigo político. Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkatz Rodríguez abandonaban a primer ahora de la ayer las cárceles de Estremera (Madrid), Valladolid y Logroño, donde se vivieron momentos de emoción, un torrente de abrazos, sonrisas y también lágrimas contenidas.
Nada más traspasar los muros, Jacinto se abrazó a su hijo y otros familiares y amigos que la aguardaban, entre aplausos y visiblemente emocionados. Zabaleta hizo lo propio con sus allegados en una mañana gris en Valladolid, y otro tanto Rodríguez, esta vez en Logroño, donde no tardó en dirigirse a los medios: «Nos han robado seis años de nuestras vidas por haber hecho una apuesta por la paz». «Esto nos lleva a corroborar el análisis que ya hicimos entonces; que estamos ante un Estado que no desea la paz, porque la paz le hace parecer más débil», añadía para GARA, ya de camino a Donostia.
«El peor favor al Estado»
Arkaitz Rodríguez analizaba también otros elementos de su cautiverio, que no cabe tomar por anecdóticos: «Que lo hayan prolongado hasta el último minuto, que ni siquiera nos hayan reconocido los días que estuvimos en comisaría, algo que por ley deberían de haberlo hecho, nos ratifica una vez más en que esto ha sido un castigo. Ha sido una venganza política en toda regla, porque este Estado se encontraba bastante más cómodo en la guerra, no desea la paz».
De hecho, los seis años han acabado totalmente sin que la Audiencia Nacional haya respondido a la reclamación presentada hace meses por la defensa de Jacinto y Rodríguez, para que les descontaran de este cumplimiento de condena los días que estuvieron detenidos por sumarios anteriores de los que resultaron absueltos.
Retrotrayéndose una y otra vez a aquel 2009, Rodríguez incidió en que el giro estratégico adoptado por la izquierda abertzale fue «el peor favor que le pudimos haber hecho al Estado, porque se sentía más cómodo en un escenario de confrontación armada en el que en los últimos años estaba cosechando réditos políticos, electorales y hasta económicos. La izquierda abertzale fue capaz de hacer ese cambio».
Sobre el futuro próximo, el ya exprisionero donostiarra consideró que «este pueblo no puede permanecer a la espera frente a la nula voluntad por parte del Estado de abordar el conflicto en términos democráticos, políticos y de sentido común. Evidentemente, tiene que seguir sosteniendo una oferta de paz, pero al mismo tiempo debe avanzar en su proceso de liberación», hizo hincapié.
Profundizando en esta idea, subrayó que «con la misma determinación que entonces, ahora decimos que debemos dar un nuevo salto y pasar de reivindicar el derecho a decidir a ejercerlo y materializarlo. En pocas palabras, tenemos que empezar a sentar las bases de un proceso independentista propio y de construcción de un Estado propio y socialmente avanzado».
Dirigiéndose a Madrid, aseguró que «al igual que hace seis años no pudo impedir el cambio de estrategia y que la paz se fuera abriendo paso, no va a poder impedir que Euskal Herria ponga en marcha ese proceso y, por supuesto, que traiga de una vez a casa a todos y cada uno de los presos y refugiados».
«Un líder para todo el pueblo»
Rodríguez también tuvo sentidas palabras de recuerdo y elogio para Arnaldo Otegi, con quien ha compartido cinco de estos seis años de prisión.
«Antes de salir, Arnaldo me ha dado el encargo de decirles que, aunque nos han robado seis años, no les guardamos rencor. Como dijo Bobby Sands, nuestra venganza será la sonrisa de nuestros hijos en una Euskal Herria libre y en paz».
«Y quisiera aprovechar el momento para decirle a Arnaldo que ha sido un honor haber compartido con él militancia política y prisión», añadió por su parte. «Es un líder al que necesitamos en la calle; un líder no de la izquierda abertzale, sino de todo un pueblo, que ve reflejados en él la honestidad, el compromiso, la determinación y la dignidad que tanto se echa en falta en la clase política de este país. Que nadie se equivoque, es por eso por lo que nos encarcelaron y han conseguido quitarlo de circulación durante seis años», apuntó.
Rodríguez, quien también llamó a acudir el sábado a Donostia, reclamó «la puesta en libertad tanto de Otegi como de Rafa Díez –condenados en el mismo proceso– y del conjunto de presos independentistas vascos». Exigió, especialmente, la excarcelación de los presos con enfermedades graves e incurables. A él también le tocó «vivir la que, probablemente, sea una de las caras más duras de la cárcel»: sufrir una enfermedad dentro de los muros de la prisión y a kilómetros de distancia de la familia. «La cárcel siempre es dura, pero aún lo es más para aquellos presos aquejados por algún tipo de dolencia, ya sea física o síquica. En mi caso, ha sido un problema físico. No voy a engañar a nadie; he vivido momentos muy duros».
«Las trabas son conocidas. Madrid no hace sino tratar de obstaculizar derechos tan básicos como que podamos recibir esa asistencia. Sientes una gran angustia e incertidumbre por no saber si te autorizarán o no la salida con el especialista; si,podrás ser operado... Es como tener una espada de Damocles sobre tus espaldas, una espada que también pesa sobre los familiares, que se ven impotentes, una y otra vez contra un muro», añadió Rodríguez, apoyándose en su propia experiencia.
«Deseo de seguir trabajando»
Por la tarde, ya en Errenteria, Jacinto reiteraba sus ansias de retomar la actividad política que «quisieron truncar, primero con nuestra detención y, después, con la cárcel». Tras una primera toma de contacto con su localidad, se mostraba satisfecha de «comprobar que, pese a intentarlo y a su actitud de bloqueo permanente, el Estado no logró su objetivo. Me alegra ver el respaldo del pueblo a la estrategia emprendida por la izquierda abertzale».
«En prisión, en mi caso en Madrid, estás incomunicada; no te permiten tener contacto directo con la realidad de Euskal Herria y las comunicaciones con el exterior tampoco dan para mayores profundidades. Mi deseo ahora es salir, hablar con la gente, escucharles, palpar el sentir de la calle», manifestaba.
Jacinto ponía el proceso independentista catalán como ejemplo del camino a seguir en Euskal Herria, «un camino que nos conduzca hacia un proceso de construcción de un Estado propio». Y en el plano personal, admitía que han sido «seis duros años», sobre todo por la imposibilidad de estar cerca de su hijo y de que él «no haya podido tener a su madre en el día a día».
«En estos seis años ha habido algo que me ha mantenido en pie y me ha dado gran fuerza interior; la convicción en la apuesta que hicimos y en que gracias a ella en Euskal Herria se abrió un nuevo ciclo y una nueva situación. Y la convicción de que estábamos en prisión por querer un contexto en paz y de que estábamos haciendo lo correcto para que no solo mi hijo, sino todos los demás, no conozcan más ciclos de violencia», subrayaba mientras repartía saludos.
Relevantes apoyos políticos de Euskal Herria y otros puntos del Estado a la marcha del sábado
La plataforma Arnaldo Askatu, Politika Askatu presentó ayer la manifestación convocada el próximo sábado en Donostia (Boulevard, 17.30) para reclamar la puesta en libertad de Arnaldo Otegi y Rafa Díez. En la presentación de la movilización, que tuvo lugar ayer en un hotel de Donostia, estuvieron presentes, entre otros, Ainhoa Beola, Pernando Barrena, Naike Díez (hijo de Rafa Díez), Rubén Ardiles, Jesús Uzkudun, Jon Albizu y José Luis Úriz.
Ángel Ugarteburu, portavoz de la plataforma, explicó que la movilización cuenta con el apoyo de las formaciones Sortu, Alternatiba, Aralar, EA, BNG, CUP y Ezkerra-Berdeak, los sindicatos ELA y LAB y adhesiones personales como las de Jesús Eguiguren, David Fernández, Joan Tardá y Doris Benegas.
«Se han cumplido seis años desde que los implicados en el caso Bateragune fueron condenados y ya tenemos entre nosotros, con la condena cumplida y la libertad recuperada, a Miren, Sonia y Arkaitz. ¡Bienvenidos a la libertad! Os necesitamos como compañeros de viaje en esta tarea. A Arnaldo le restan unos meses hasta abril y bastantes más a Rafa, porque, al parecer no le van a perdonar el tiempo que estuvo cuidando a su madre», destacó Ugarteburu.
El portavoz de la plataforma hizo un balance positivo del trabajo que han realizado durante estos años. «No hemos sacado a los presos de la cárcel, pero es seguro que todo el mundo, por los medios de comunicación habituales y las redes sociales, sabe que el empecinamiento en mantener en prisión a quienes no pretendían sino buscar la libertad por el camino de la paz no es sino el reflejo de la miseria de un Estado reacio a resolver el conflicto por la vía del diálogo y el consenso», añadió Ugarteburu, quien subrayó que la plataforma Arnaldo Askatu, Politika Askatu «ha querido ayudar en el proceso de paz y libertad que se merece este pueblo».
«No se trata de un tema reciente. Han pasado bastantes años desde que los representantes de los partidos que se reunían en Txillarre comenzaron a diseñar el camino de una política que discurriera por la vereda de la paz. El camino iniciado en Elgoibar y en el entorno de Arnaldo ha dado frutos evidentes, aunque todavía el Gobierno de España no hace otra cosa que poner obstáculos», destacó el portavoz de la plataforma.
Recordó que en estos seis años, «tomando el nombre de Arnaldo, natural de Elgoibar, como símbolo de un proceso», han recibido el apoyo de personas de todos los partidos políticos salvo el PP. En este periodo, desde la plataforma han organizado actividades como sesiones de cine y documentales, un concierto, mesas redondas y conferencias, visitas a la cárcel de Logroño y manifestaciones en Elgoibar.Martxelo DÍAZ
Declaraciones
«Hace seis años el Estado no pudo impedir el cambio de estrategia y que la paz se abriera paso, y ahora tampoco podrá impedir un proceso hacia un Estado propio»
ARKAITZ RODRÍGUEZ
«Mi deseo ahora es salir, hablar con la gente, escucharles, palpar el sentir de la calle»
SONIA JACINTO