Ramiro González se ha referido así a la decisión adoptada por la dirección del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que según se denunció ayer desde el propio organismo, ha ordenado que los informes que puedan afectar a una eventual reapertura de Garoña se traten de forma «confidencial» para establecer un «férreo control interno» sobre los mismos.

El diputado general de Araba ha advertido de que esta medida supone «un nuevo paso» dentro de la estrategia de «ocultismo» que rodea al futuro de la central nuclear.

En su opinión, este tipo de decisiones, junto a la declaración de impacto ambiental favorable emitida por el Gobierno español al proyecto de un almacén de residuos nucleares en Garoña, o al visto bueno del CSN a unas mejoras en la planta, «pueden llevar a la reapertura» de las instalaciones nucleares, que llevan varios años inactivas.

El máximo responsable del Gobierno foral ha criticado que las instituciones de Araba, pese a la proximidad de Garoña a este territorio, «no han sido informadas de nada» en relación al futuro de la planta.

González ha lamentado que esta falta de información se extienda ahora a la plantilla del propio CSN, de forma que sus trabajadores «tampoco» tendrán acceso a los informes que puedan afectar a la reapertura de Garoña .

El diputado general ha afirmado que todo ello le reafirma en sus sospechas sobre «la posibilidad de que el Gobierno central y el PP adopten decisiones» que puedan garantizar la reapertura de la central nuclear antes de las elecciones del 20 de diciembre.

De esta forma, según su apreciación, se evitaría que un «hipotético cambio de gobierno» pudiera evitar que la planta de Garoña reiniciara su activiad nuclear.