«Si estas son las propuestas, nosotros decimos que sí». Pedro Sánchez, candidato del PSOE a la presidencia española, ha aceptado las condiciones planteadas por la mañana por Albert Rivera, líder de Ciudadanos y socio preferente en las negociaciones. Se trata de cinco puntos para una reforma de la Constitución que necesitarían del concurso del PP, ya que controla el Senado y es imprescindible para cambiar la Carta Magna. Además, PSOE y Ciudadanos únicamente suman 130 escaños, por lo que la situación de la investidura de Sánchez no ha cambiado, sigue necesitando la abstención o el apoyo de Mariano Rajoy o de Pablo Iglesias, que por ahora se muestran reticentes. Resulta sintomático que el acuerdo se haya anunciado a la misma hora a la que el equipo de Ferraz mantenía su primera reunión bilateral con Podemos. Luego se sumarán a la reunión Compromís y Unidad Popular.

El programa de reforma pactado entre ambas formaciones se limita al ámbito institucional pero no aborda cuestiones económicas. El primer punto sería la supresión de los aforamientos de los cargos públicos; el segundo la reducción a 250.000 firmas de la exigencia, fijada ahora en medio millón de firmas, para presentar una Iniciativa Legislativa Popular; y el tercero, la «despolitización» de la Justicia mediante cambios en los mecanismos de elección de jueces. La cuarta modificación reclamada por Ciudadanos es la supresión de las Diputaciones Provinciales (lo que no afecta a las diputaciones vascas), a fin de acabar con las duplicidades en la Administración Pública, y la quinta, la limitación a ocho años del mandato del presidente del Gobierno español.

Aunque han comparecido con unas horas de diferencia, la escenificación apunta a un acuerdo sobre cómo explicarlo. Rivera ha dado su rueda de prensa a las 11.00. Sánchez la tenía prevista a las 12.00, pero la ha alargado hasta las 16.00 horas.