Como respueta a la convocatoria de huelga, la empresa ha decidido enviar a un ejecutivo de la compañía para que se reúna con la dirección de la planta navarra y el comité, que está integrado por nueve delegados de la Agrupación de Trabajadores de Inpesa, UGT, CCOO, ELA y LAB.

Esta situación llega después de que, a finales de febrero, la dirección y el comité constituyeran una mesa para renovar el convenio. Entonces, la empresa planteó una disminución de costes a través de una rebaja salarial de un 15%, un incremento de la jornada, la supresión de antigüedades, el abaratamiento de nuevas incorporaciones o la disminución de la nocturnidad, según señalan fuentes sindicales.

El comité rechazó la citada propuesta y exigió una garantía del empleo, algo que las centrales sindicales afirman que la empresa no asegura. Es más, el comité teme que la dirección proponga un ERE de extinción o de suspensión, ya que esta se niega a aplicar «el placto de flexibilidad a la baja contemplado en convenio para evitar la acumulación de stock».