El oficial de la Ertzaintza con número de identificación 3.316, identificado como «Ugarteko» la noche en la que un pelotazo dejó mortalmente herido a Iñigo Cabacas, presentó en su día una demanda de conciliación contra la abogada de la familia del fallecido, GARA y NAIZ, a los que exigía una indemnización de 777.000 euros por los «daños y perjuicios» que dice sufrir a causa de su identificación y la publicación de sus órdenes.
Entre los motivos que argüía para solicitar semejante cantidad de dinero, «Ugarteko» aseguraba haberse visto perjudicado por su traslado forzoso a otro puesto de trabajo –que también sufrieron otros cinco ertzainas–.
Aducía en la demanda que, «por resolución de la directora de Recursos Humanos de 25 de abril de 2013, fue apartado del servicio de seguridad ciudadana, confiriéndole comisión forzosa para el desempeño de funciones que le encomiende el Viceconsejero de Seguridad».
A esto añadía que «la expresión genérica y ambigua de ‘funciones que le encomiende’ deja apreciar que la actividad que hace el conciliante [«Ugarteko»] para su empleador es testimonial».
Cita recortada de la resolución
El Departamento de Seguridad ha remitido esta misma semana al Parlamento la resolución de la Directora de Recursos Humanos a la que hace referencia «Ugarteko» en la demanda en la que pide 777.000 euros a la abogada de la familia, a este diario y a NAIZ. Y en el documento se observa que la cita que utiliza está recortada, ya que en la resolución se especifica que las funciones que se le encomienden han de ser «acordes con su categoría, percibiendo las retribuciones equivalentes a la del puesto de trabajo» que ocupaba con anterioridad.
Es decir, en realidad, con el cambio de puesto, «Ugarteko» mantiene su categoría y su salario. Una categoría de «oficial» en la que además se encontraba en comisión de servicios, puesto que realmente es «suboficial».
Hay también otro detalle en este apartado de la demanda que llama la atención. En los términos en los está escrito demostraría que la actividad «Ugarteko» es «testimonial» para el Departamento de Seguridad. Y resulta llamativo porque «al servicio del Viceconsejero de Seguridad» quedó también Jorge Aldekoa en el periodo en el que dejó de ser jefe de la Ertzaintza y hasta que volvió a la jefatura. Y antes, después y durante ese periodo, quedó claro que esa situación interina no suponía ningún tipo de desprecio por parte de la Consejería.
Otra inexactitud
En la demanda de conciliación prestada contra la abogada de la familia además de contra GARA y NAIZ, «Ugarteko» aseguraba textualmente que «hasta la publicación de su nombre y apellidos, tenía mando operativo de hasta 120 agentes, ocupándose de las tareas de Jefe de Operaciones de la comisaría de Bilbao, la más importante de la Ertzaintza», remarcaba.
La publicación del nombre y apellidos del ertzaina 3.316 tuvo lugar el 2 de diciembre de 2013 y para entonces ya había sido apartado de su cargo, por lo que la publicación de su identidad no tuvo nada que ver. Como se recoge en la resolución de la directora de Recursos Humanos, el relevo de su puesto de mando se produjo el 26 de abril de 2013.
Desde entonces, según ha informado esta misma semana la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, al Parlamento, «Ugarteko» «desarrolla su labor en la sede central del Departamento de Seguridad de Erandio» y su «situación laboral no ha variado desde el 26 de abril de 2013», por lo que la publicación de su identidad no ha tenido ninguna repercusión en este ámbito.
Cabe recordar que el acto de conciliación que se celebró el 18 de febrero de este año en el juzgado de instrucción número 13 de Bilbo a solicitud de «Ugarteko» se cerró sin «avenencia» con la abogada de la familia Cabacas ni con NAIZ y GARA.