Gotzon ARANBURU
beasain
Interview
ANGEL OIARBIDE
GURE ESKU DAGO

«Los muros más altos no están a 500 kilómetros, sino en nuestras mentes»

Es un torrente de ideas y persuasión que se percibe mejor en la entrevista en vídeo (en NAIZ en su versión original en euskara), pero también deja poso en el papel. A una semana de las primeras consultas, explica qué es GED, qué ha logrado y qué queda.

A una semana de estas consultas que constituyen un nuevo paso adelante, ¿qué balance hace del trabajo de GED?

No hemos llegado aquí por casualidad. Gure Esku Dago se presenta en Ficoba el 8 de junio de 2013, diciendo que su objetivo no es una suma de fuerzas abertzales, sino construir unas bases democráticas en este pueblo. Convocamos una cadena humana de 133 kilómetros y decimos que para llenarla hacen falta 50.000 personas, pero claro, eso supone que estén con sus brazos totalmente extendidos para poder unirse. En ese 2013 el termómetro marca frío; este asunto no interesa, o no acaba de gustar cómo lo tratamos... Para entonces en Catalunya ya han salido a la calle dos millones de personas y se ha hecho una cadena humana no de 123 kilómetros, sino de 400. ¿Por qué? Porque los catalanes, harrokeriarik gabe baina harrotasunez, sin prepotencia pero con orgullo, a medida que han dado pasos han interiorizado una actitud y han decidido ser protagonistas. Por eso dijimos ya entonces que Gure Esku Dago no era un lema, era una actitud. El ambiente que entonces había aquí era muy diferente. ¿Qué hemos conseguido? Demostrar que podemos dar pasos juntos y que además necesitamos hacerlo, interiorizar esa actitud. Que el 5 de junio de 2016 haya 34 pueblos que pasen de las palabras a los hechos –porque también dijimos que no nacíamos para reivindicar sino para hacer– es algo grande. Sabiendo, además, que esta es solo la primera ola...

¿Qué hitos destacaría en el camino recorrido hasta el presente?

Hay diferentes niveles. Por un lado están los hitos que ponen txapela a todo, por ejemplo la cadena humana, con la que ves que se ha formado una red y que existía más capacidad de la que pensábamos; o las 10.000 personas del mosaico de la Zurriola; o salir a la calle a la vez en las cinco capitales... Pero para eso hacen falta un montón de jalones durante todo el año y en muchos pueblos. Gure Esku Dago tiene hoy grupos en 240 localidades vascas y también en la diáspora. En 2013 nos pusimos un reto tan grande como el de la cadena humana porque eso también ampliaba horizontes, obligaba a muchas cosas.

Hay una anécdota muy significativa de aquella época. En 2013 y 2014 me tocó dar charlas en muchos pueblos y diría que en el 100% de ellos me indicaban lo mismo: «Oye, te aviso de que este pueblo es difícil ¿eh?». Y cuando yo les respondía: «Tranquilo, en todos los sitios me dicen lo mismo», esas personas insistían: «Sí, pero este es especialmente difícil». Recuerdo que en Ondarroa se reunió mucha gente en la charla y luego se hizo una cena, y ahí empezaron a hablar unos con otros, ¡no se conocían! Esos fueron los primeros hitos.

¿Cómo han ido cambiando las cosas, la forma de abordar la cuestión?

Con el tiempo se valorará lo que está haciendo GED. Este era hasta ahora un tema de discusión, que se abordaba en tono agrio y del que la gente huía, que era algo destructivo más que constructivo. Lo que GED potencia es empezar a hablar y a oírse unos a otros, una cultura de diálogo y de acuerdo y de llevarlo luego a la práctica. Y en esto la ciudadanía está siendo pionera. Yo estoy seguro de que detrás irán los políticos y que lo que aún es conflictivo se abordará con normalidad. Están cayendo muchos mitos, como entender que esto no es un privilegio de nacionalistas, sino algo normal y básico. Escuchar que el derecho a decidir es algo de abertzales empieza a doler en el oído, ¿qué burrada es esa? Ya nos lo decían cuando fuimos a Escocia: «Pero, ¿cómo no va a querer la ciudadanía decidir sobre su futuro?». Además, a medida que se profundiza en la democracia la sociedad se hace más completa, se normaliza, se enlaza. El derecho a decidir es un punto de encuentro. Estamos pasando de esquemas antiguos a nuevos, estamos abriendo un tema cerrado.

¿Qué tipo de gente se reúne en GED, son personas con un impulso político?

Algunas personas sí estaban en los partidos, pero diría que la mayoría no. Hay mucha gente que estaba frustrada. El tema se abordaba de forma muy visceral. Haber conseguido afrontarlo con otro talante y hacerlo juntos ha sido un aliciente para mucha gente, y esa transición es importante pero pensamos que la mayoría todavía está por venir. Y la clave, insisto, es la actitud. Los muros más altos no están a 500 kilómetros, están en nuestras mentes. No sabemos cuánto de grande será el muro que nos encontremos al final, pero vamos a dar pasos y a llegar hasta allí y ya veremos cómo pasamos. Lo que los catalanes han demostrado es que cuando una persona tiene una gran determinación, eso contagia, crea olas. Hoy es el día en que esa determinación ha hecho que hasta la sociedad española haya empezado a interiorizar que ese conflicto acabará cuando los catalanes decidan. Nosotros no nacimos para reivindicar, nacimos para materializarlo y lo materializaremos. Igual cuando lleguemos a ese muro que desde el punto de salida nos parece tan alto, veremos que era más pequeño de lo que creíamos.

¿No va lento todo este proceso, no se ha optado por una dinámica muy laboriosa?

Rápido o lento... eso es algo muy relativo. Hay quienes preguntan si no vamos demasiado rápido y quienes creen que es demasiado lento. No sé cuál es la medida idónea, pero sí sé que tiene que ser un proceso en el que tomen parte cuantas más personas mejor, de sectores diferentes, que participe la mayoría. Aunque al principio un proceso así tiene sus dificultades, por ejemplo para llegar a acuerdos, cuando las supera ya no hay forma de pararlo. ¿Por qué hicimos la cadena humana de 123 kilómetros? Porque eso no se podía lograr con diez líderes políticos ni con 50 tertulianos, sino con al menos 50.000 personas que fueran protagonistas y a la vez imprescindibles. Si acertamos en conseguir esa participación, sea más pronto o más tarde, más rápido o más lento, seguro que llegaremos al final.

 

«El 5J no acaba nada, sino que empieza: en Catalunya deciden desde 2009 y aún les queda...»

¿Cómo reciben en Gure Esku Dago los procesos soberanistas escocés, catalán...? ¿Qué valor tienen estas dinámicas internacionales como referencia o ejemplo?

Es muy importante que las inercias que se producen en el exterior tengan impacto en lo que hacemos aquí, pero con eso no digo que no debamos crear nuestro propio modelo. Del caso escocés creo que tenemos que aprender la normalidad democrática, que estamos hablando de principios democráticos, que esto es normal, no conflictivo. Pienso que no le hemos sacado todo el jugo en este sentido, y que tenemos que beber de esa fuente cada vez más. Y otra fuente es la de Catalunya, que nos muestra qué capacidad tenemos los ciudadanos para influir.

Hay similitudes entre esos casos, pero también diferencias...

Una de las excusas aquí para no avanzar era la de decir: «Claro, es que en Escocia está Cameron y aquí Rajoy, y allí Salmond y aquí no sé quién». Es un gran error fijarnos en la actitud que tienen los gobernantes, nos quedamos a medio camino con ese argumento, porque la actitud de esos gobernantes es el reflejo de la actitud de sus gobernados. Así que aquí sería en balde decir que no nos gusta la actitud de los gobernantes y buscar con qué otros representantes se podría lograr, pero a la vez seguir sin cambiar nuestras actitudes. Insisto, más que a los gobernantes hay que mirarnos a nosotros mismos, porque estoy seguro que nuestra actitud se refleja también en los gobernantes. Ahí está Catalunya para demostrarlo: allí gobiernan más o menos los mismos que antes, pero la diferencia estriba en que han interiorizado otra actitud. Yo no practico el yoga, pero quienes lo hacen me dicen que las respuestas no están en el exterior, sino en uno mismo. Tenemos que hacer ese viaje hacia nuestro interior y crear nuestro modelo.

¿Qué importancia conceden a las consultas del 5 de junio? Hablamos de 34 localidades muy determinadas, ¿son suficientes?

Empezamos a decidir, eso es lo importante. El próximo domingo no se acaba nada, sino que empieza. Como decimos en Gure Esku Dago, hasi eta ikasi, estamos empezando y a la vez aprendiendo. Al fin y al cabo, en Catalunya llevan decidiendo desde el año 2009 y aún les queda, siguen decidiendo hasta la estación final. Primero fueron Etxarri-Aranatz y Arrankudiaga, el día 5 serán 34 pueblos y el año que viene esta cifra se quedará pequeña, así que podemos afirmar, con más razones que nunca, que estamos empezando.

¿Qué es lo que más le sorprende de este proceso que están recorriendo?

Que en el fondo esta es una cosa muy simple, me asombra la simplicidad que tiene. Y es simple porque es una cosa muy lógica. Es más, estamos hablando solamente de la relación entre las personas. Y cuando las personas nos relacionamos de modo natural y sinceramente, todas esas dificultades teóricas del principio desaparecen.G.A.