El pacto incluye aspectos medulares para poner fin a la guerra como la dejación de armas por parte de la guerrilla, garantías de seguridad o el compromiso de luchar contra el paramilitarismo y contra quienes amenacen la implementación futura de los acuerdos de paz.
Según han anunciado la guerrilla completará el proceso de dejación de armas en un plazo de 180 días después de la firma del acuerdo final de paz y un «mecanismo tripartido» monitorizara la verificación. Dicho mecanismo lo integrarán representantes de las fuerzas gubernamentales, de la guerrilla y un «componente internacional consistente de una misión política con observadores no armados».
Por otra parte, Gobierno y FARC han acordado la creación de «22 zonas veredales transitorias de normalización y ocho campamentos» a los que los guerrilleros se trasladarán a partir del día ‘D+5’ para su desmovilización y del que saldrán «sin armas y de civil».
La ceremonia, celebrada en La Habana ha arrancado con un aplauso y la presentación de todos los asistentes. En el acto han participado el presidente de Cuba y anfitrión, Raúl Castro, así como el canciller de Noruega, Borge Brende, en representación de los países garantes del proceso de paz, además de los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Chile, Michelle Bachelet, como naciones acompañantes de los diálogos de paz.
También han viajado a Cuba para ser testigos del histórico acuerdo los presidentes de República Dominicana, Danilo Medina, como responsable pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC); el de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y el de México, Enrique Peña Nieto.
Como invitado especial, ha asistido el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, así como los presidentes del Consejo de Seguridad, Francois Delattre, y de la Asamblea General de la ONU, Mogens Lykketoft.