En su escrito, remitido al juzgado de Instrucción número 4 de Pozuelo de Alarcón (Madrid), la Fiscalía le reclama además 211 millones en concepto de responsabilidad civil por la presunta comisión de, al menos, quince delitos de elusión tributaria.
Según el Ministerio Fiscal, en 1998 Aristrain habría creado en Holanda la sociedad Corporación JMAC para acogerse «artificiosamente» y de forma «abusiva» al muy beneficioso tratamiento fiscal de empresas tenedoras de participaciones que rige en aquel país.
De este modo, el empresario habría eludido el pago de impuestos sobre los dividendos repartidos así como sobre las plusvalías obtenidas con la venta de dichas participaciones.
Además, el fiscal concluye que dicha estrategia habría sido repetida en otros países, como Luxemburgo, y que el beneficio obtenido fue en parte reintroducido en el Estado español y también desviado a paraísos fiscales, como las Islas Vírgenes y Malta.
Mediante esta estructura societaria, Aristrain habría eludido el pago de impuestos en el periodo comprendido entre 2005 y 2008 por los dividendos de Arcelor S.A, ArcelorMittal S.A y Arcelor Mittal Steel, así como la plusvalía obtenida en el último de los ejercicios por la venta de acciones de ArcelorMittal.
En concreto, según consta en el escrito, el empresario guipuzcoano habría dejado de pagar en 2008 en torno a 100 millones de euros en concepto de impuesto de sociedades.
Asimismo, a través de la sociedad domiciliada en Malta, «desviaba fondos para correr con los gastos de adquisición y mantenimiento del chalet en Suiza en el que trapaceramente fingía tener su domicilio, del yate de recreo y de los coches de lujo que integraban su colección automovilística», así como otros gastos personales.
En 2005, Aristrain «simuló» el traslado de su domicilio fiscal a Suiza, lo que originó a la Hacienda Pública un perjuicio superior a los siete millones de euros en concepto de IRPF y de alrededor de 2,7 millones sobre el patrimonio.
Dos años más tarde, el empresario se construyó en la localidad suiza de Gstaad el que hasta esa fecha era el chalet más caro del país alpino, valorado en unos 100 millones de francos suizos, casi 93 millones de euros al cambio actual, según relataron varios medios helvéticos.