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Consideran que en el cierre del chalet de Caparroso «han primado intereses partidistas»

Responsables del gaztetxe que se estaba poniendo en marcha en el chalet de Caparroso de Iruñea han hecho público un comunicado en el que afirman que en el cierre del citado local «han primado intereses partidistas, sobre todo por parte de Geroa Bai, que bajo la excusa de la seguridad del inmueble han generado un mecanismo de presión para no dar una salida consensuada a los problemas existentes».

Los responsables del gaztetxe consideran que no existían motivos de seguridad para cerrar el local.
Los responsables del gaztetxe consideran que no existían motivos de seguridad para cerrar el local.

En ese comunicado, aseguran que no tienen ningún problema en «discutir en lo que hemos podido errar y hacer autocrítica sobre este proceso, pero desde aquí aseguramos que la voluntad de trabajar ha sido la constante hasta que nos hemos visto abocadas a una situación de bloqueo, donde se ponía en peligro el proyecto mismo».

A continuación rechazan «rotundamente la decisión adoptada por el Ayuntamiento de cerrar el gaztetxe y por tanto, de su desalojo, máxime cuando por parte de este se nos ha exigido transparencia y sinceridad hace escasos días, actitudes que por su parte han respondido con un desalojo sin previo aviso».

En su opión, «a pesar de la voluntad política de algunos miembros de los partidos del cambio, queda patente que han primado intereses partidistas, sobre todo por parte de Geroa Bai, que bajo la excusa de la seguridad del inmueble ha generado un mecanismo de presión para entorpecer el proyecto y no dar una salida consensuada a los problemas existentes».

En el comunicado, rechazan «las falsas acusaciones que se han vertido sobre el gaztetxe. En ningún momento se han derribado paredes maestras dentro del edificio y siempre se han tomado las medidas necesarias bajo supervisión técnica propia de la seguridad del edificio».

Por tanto, «denunciamos firmemente esta decisión de desalojo y creemos que hay que denunciar en la calle este tipo de decisiones que se adoptan disfrazadas de razones técnicas cuando lo que subyace detrás son decisiones políticas. Si no nos valemos de la movilización popular para defender y reivindicar espacios de transformación social sea cual sea el carácter de estos. ¿Cómo vamos a construir cambio?».

A día de hoy, «el proyecto del gaztetxe que empezaba a materializarse tras un proceso de empoderamiento juvenil y popular ha quedado truncado y esto significa erosionar las bases materiales de un cambio más profundo. Verter críticas y deslegitimar socialmente el sujeto de estos procesos, hace flaco favor a lucha por un cambio de modelo social y político nuevo. Entendemos que el cambio no solo se ciñe a la acción institucional, sino que debe ser una combinación entre lucha en la institución y lucha en la calle, desde el movimiento popular. En dicha combinación, creemos que la institución debe estar supeditada al servicio del Movimiento popular y no al revés».

Por todo ello, los responsables del gaztetxe quieren «reivindicar que el proyecto camina hacia el cambio, donde la dialéctica entre institución y movimiento popular no es algo estanco sino algo que se construye desde la práctica y no desde las deslegitimación social. Porque somos cambio y no cesaremos esta lucha».