En una rueda de prensa desde el Parlament tras declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por la querella que pesa contra ella por permitir el debate sobre las conclusiones de la comisión parlamentaria de estudio del proceso constituyente, Forcadell ha responsabilizado al Estado de ataques antidemocráticos impropios de una democracia del siglo XXI, y no contempla ser inhabilitada: «Sería un ataque tan grande a la democracia que es inconcebible».
Según ella, está en juego la democracia, no su futuro ni el de otra persona, porque en ninguna democracia se debe perseguir por la vía penal el debate de ideas: «No se ataca solo a la presidencia del Parlament, se ataca a esta institución y a su esencia, que es el debate y la palabra».
«No me tengo que esconder de nada», y ha añadido que defenderá donde sea necesario que actuó correctamente y en pro de la libertad de expresión porque en la cámara hay que poder hablar de todo; especialmente, de lo que más interesa a los ciudadanos.
También ha dicho que, si hubiera actuado de forma diferente, habría incumplido el reglamento y vulnerado la libertad de expresión y el derecho de iniciativa de los diputados.
Para ella, el Estado español utiliza los tribunales para impedir los debates porque es incapaz de afrontar políticamente los conflictos: «El poder ejecutivo utiliza el poder judicial para coartar el derecho a debatir de un Parlament democrático. Tan simple y grave como esto».
Así, acusa al Estado de dar un paso más al «pretender dictar de lo que se puede o no hablar en un Parlament, y no solo esto: al pretender que sea el mismo Parlament el que se autocensure, y esto no pasará».
«Órgano censor»
Por eso, ha avisado de que ningún tribunal puede pedir al Parlament que actúe como «órgano censor» del debate parlamentario, y que la democracia se perderá cuando se acepte que hay temas de los que no se puede hablar.
«Si abrimos la puerta a la censura, ya no la podremos cerrar, y no permitiremos que pase», ha advertido Forcadell, que ha dejado claro que los debates de la calle siempre entrarán en la cámara catalana.
En este sentido, ha incidido que su «responsabilidad» es dejar «entrar en la Cámara los debates de la calle» y ha afirmado que volvería a actuar otra vez «de la misma manera».
«Nos mantendremos firmes en la defensa de la democracia y la libertad de expresión; es la hora de la política», ha añadido.
Asimismo, Forcadell ha esgrimido que en la advertencia previa del Constitucional no se hacía refería a una «actuación concreta», por lo que considera que «la votación y ampliación del orden del día –del pleno del Parlament– no estaban prohibidas por el TC».
Apoyo
Forcadell ha sostenido que el proceso judicial contra ella genera alarma en Europa donde ya hay varios dirigentes que «están alertando de la grave deriva judicializadora del Estado español» –el miércoles recibió el apoyo el exprimer ministro escocés Alex Salmond– y ha pedido a estos líderes que sigan con atención el proceso catalán.
También ha tenido palabras de agradecimiento para todos aquellos que han acudido al Parlament o a las puertas del TSJC para apoyarle y ha citado al president, Carles Puigdemont; a los miembros de la Mesa; a los diputados, senadores, alcaldes, concejales, a las entidades soberanistas y «sobre todo a los ciudadanos».