En el acto final, en el que han participado un millar de ex presos y ex refugiados y en el que han llamado a acudir a la manifestación del próximo sábado en Bilbo, se ha dado lectura a un texto en el que se remarca que «a partir del momento en que la cuestión de los presas, refugiadas y deportadas no fue abordada por los estados, prácticamente nadie ha estado a la altura de las circunstancias en este país, ni siquiera quienes dejamos a las compañeras y amigas tras los muros de las prisiones o al otro lado del océano».
La constatación de esta «realidad» dio origen a las dinámicas Amnistiaren Norabidean y Kalera Kalera, y «nueve meses más tarde nos volvemos a reunir y de nuevo abrazamos el compromiso de continuar nuestro camino».
«El reto más importante al que nos enfrentamos y al que debemos dedicar todas nuestras fuerzas es el de la articulación del espacio social. En Euskal Herria se debe configurar un amplio y mayoritario espacio democrático humanitario que tenga por objetivo la resolución integral de las consecuencias del conflicto violento», han indicado.
Para ello consideran prioritario «desmantelar todas las políticas y legislaciones pensadas para tiempos pasados» y «desarrollar una agenda social, política e institucional que desemboque en una Euskal Herria sin presas, exiliadas ni deportadas».
De este modo, han subrayado que la clausura del espacio Kalera Kalera no pone el punto y final a esta dinámica, porque «Kalera Kalera es el reto de vaciar las cárceles, y el de ganar la paz y la libertad».