«Maite zaituztegu», sintonía para el show de la Ertzaintza en las txosnas
La irrupción de la Ertzaintza en las txosnas de Bilbo era cuestión de tiempo después de que desde el primer día se insistiese en señalarlas. Rodolfo Ares optó esta vez por entrar al recinto a plena luz del día. Pero la resistencia estaba preparada. Mientras las fotos desaparecían, por megafonía sonaba el nombre de cada preso y un lema: «Maite zaituztegu».
Quien más quien menos tenía claro que la Ertzaintza entraría en el recinto de txosnas en algún momento de la Aste Nagusia de Bilbo, y más aún tras lo ocurrido en Gasteiz y Donostia. Como resumió el líder del PP Antonio Basagoiti antes de lanzarse el txupin, «no vamos a ser menos que los de San Sebastián». Sólo faltaba saber cuándo y cómo. Y fue a mediodía de ayer, a plena luz del día y con to- dos los elementos propios de un show televisivo. La Ertzaintza tomó la zona de txosnas, detrás del Arriaga, en formación y a paso ligero. Objetivo: hacer desaparecer toda muestra de apoyo a los presos.
Un par de txosnas habían sido señaladas en la prensa desde el primer día. Un amplio dispositivo de agentes antidisturbios cercó los alrededores de Kaskagorri. Equipados con escaleras y cuchillos, además del atuendo habitual de porras y peloteros, los uniformados se llevaron fotos, posters, pancartas... lo que fuera. Entre tanto, se oían gritos de «Adierazpen askatasuna», silbidos y aplausos irónicos. Para entonces ya se habían concentrado allí numerosas cámaras televisivas y fotógrafos.
Los jóvenes encargados de las txosnas en ese momento eran identificados. Dieciocho imputados más para una lista negra que puede alcanzar más de mil identidades para cuando acabe el verano, sin que nadie sepa todavía qué vía legal van a utilizar contra ellas. Mientras, la música seguía sonando. Y quienes estaban en las txosnas en ese momento no dejan de bailar y cantar, para incomodidad de los agentes de Rodolfo Ares.
La gente que se aglutinaba frente al despliegue policial miraba incrédula escenas como la del agente realizando acrobacias ante la txosna de Kaskagorri para retirar una pancarta de grandes dimensiones en favor de ¿los presos? No, el gaztetxe.
Los silbidos y los gritos de «iros para Madrid» fueron poniendo más nerviosos a los ertzainas. Empezaron las miradas amenazantes, luego los empujones, y después algún golpe con las bocachas, algún tortazo y algún pisotón. Los ertzainas iniciaban la retirada, pero no querían dejar nada sin «limpiar». Ni siquiera los baños.
A los uniformados les salió entonces un enemigo invisible. Por la megafonía comenzaron a sonar los nombres de los presos vascos, uno a uno, y una frase: «Maite zaituztegu». Las agencias de información españolas destacaron el episodio, que pareció aumentar la confusión entre los agentes. El caso es que tres minutos después se fueron echando hacia atrás. Siete furgonetas los recogieron mientras escuchaban gritos de «Así, así, así hasta Madrid».
Las cámaras se fueron también y todo volvió a la normalidad en segundos. En una txosna se cantaba con más ganas que nunca «Terrorismo policial/ contra gritos de libertad». Y al otro lado del Arriaga seguía el teatro para niños, el concurso de tiro... Como si nada. Como si todo estuviera previsto. Unas horas antes, otra voz se había sumado a las críticas crecientes a estas parafernalias: era la de Iñaki Galdos, ex dirigente de EA, que acusó al Gobierno de Lakua de «buscar titulares fáciles».
Tras la irrupción se cruzaron algunos contenedores. Las comparsas tuvieron que suspender actos como la sardinada y el Mozorro Eguna que habían preparado con mimo, invitando a ir disfrazados de curas y monjas: «Una comparsa ajena a esta Federación, vestidos de negro pero no con sotana, han ocupado el recinto repartiendo ostias no consagradas -explicaron en una nota posterior que mezcla la ironía con el enfado-. En este recinto de diversión no han tenido ninguna gracia los porrazos, la entrada en las txosnas sin orden judicial ni las humillaciones que ha habido que soportar. Queremos comunicar a los aguafiestas y a los que han calentado la Aste Nagusia que una vez más nos siguen dando lecciones de democracia con su comportamiento, y nosotros seguiremos defendiendo lo de siempre: la fiesta como espacio inviolable de participación y de libertad. Gora Aste Nagusia. Gora Marijaia!».