Según ha explicado a NAIZ la familia de Ibon Iparragirre, el preso ondarroarra ha podido llamar este lunes a casa para informar de que el sábado, poco después de la visita en la que contó a sus allegados la agresión sufrida el viernes, volvió a ser golpeado.
En este caso, fue un preso el que le golpeó por la espalda y, a consencuencia de esta agresión, Iparragirre quedó tendido en el suelo sin conocimiento.
El preso ondarroarra no ha podido llamar a casa hasta hoy, ya que, el viernes, en la primera agresión, le robaron, entre otras pertenencias, la tarjeta que utiliza para realizar llamadas telefónicas.
En otra llamada, ha informado a la familia para informar de que ha sido trasladado al módulo once de Alcalá Meco, donde tampoco hay ningún preso vasco.
A pesar de su grave estado de salud, Iparragirre, que tiene sida en estadio C-3, permanece en la citada cárcel madrileña desde que su detención en marzo de 2014 por parte de la Ertzaintza, quedando así revocada la prisión atenuada que se le había concedido en octubre de 2011.