«A pesar de que el número de personas encarceladas va disminuyendo, se incrementan los casos de aquellas que sufren graves dolencias. En la actualidad son 22 las presas y los presos con enfermedades graves e incurables, (cánceres y cuadros degenerativos)», han destacado Marilo Gorostiaga y Mikel Mundiñano, en nombre de Sare-Nafarroa.
Tres de estos presos están vinculados con Nafarroa. Se trata de Iñaki Etxeberria Martin (que padece una Miopía Magna y varias enfermedades más en ambos ojos que le afectan gravemente a la vista con el grave riesgo de ceguera), Josetxo Arizkuren Ruiz (que padece una Cardiopatía Isquémica severa, por la que tiene que enfrentarse diariamente al riesgo de sufrir angina de pecho y/o infarto de miocardio) y Gorka Fraile Iturralde (que ha sido operado de un cáncer de lengua al que tiene que seguir haciendo frente).
«Como Sare, nos reafirmamos en nuestro compromiso con los derechos humanos y la defensa de los derechos y libertades de las personas. Estos principios deben ser reconocidos como tales, independientemente de cualquier consideración, oportunidad, coyuntura o interés político. Las personas privadas de libertad son personas con derechos, y éstos así se les deben reconocer y cumplir en razón de la justicia», han indicado.
«En este sentido, la existencia de personas gravemente enfermas en prisión, cuya situación se ve agravada por largas condenas, deficiente asistencia sanitaria, y la política de dispersión penitenciaria, además de suponer una grave conculcación de derechos básicos de aquellas personas directamente afectadas, supone un castigo añadido a sus familiares y personas allegadas», han subrayado.