NAIZ
DONOSTIA

Discrepancias entre forenses en el juicio por la muerte de Julen S.

El forense Pako Etxeberria, en nombre de la acusación, y el responsable del Insituto Vasco de Medicina Legal, Luis Miguel Querejeta, han ofrecido versiones contrapuestas en el juicio por la muerte de Julen S. por una herida de arma blanca en diciembre de 2011 en Donostia. El primero prioriza la hipótesis del homicido y el segundo, la del accidente.

Sala de vistas de los Juzgados de Donostia en los que tiene lugar el juicio por la muerte de Julen S. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)
Sala de vistas de los Juzgados de Donostia en los que tiene lugar el juicio por la muerte de Julen S. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)

Etxeberria ha apuntado que, según su interpretación, la muerte de Julen S. como consecuencia de una herida de arma blanca en el pecho pudo haber sido suicidio, pero cree que es «muy raro», y ha señalado que es «imposible» que sufriera un accidente al intentar abrir una hucha con un cuchillo. No obstante, ha destacado que «no hay nada que se oponga» a la posibildiad de homicidio, es decir, que «es posible» que su padre Luis S. le clavara el arma blanca.

Etxeberria ha explicado que, según la autopsia, se señala que la herida va de delante hacia atrás, y levemente de izquierda a derecha, horizontal al suelo, con una penetración de unos siete u ocho centímetros. También ha destacado la ausencia de restos de drogas o tóxicos en el cuerpo de Julen.

Tras señalar que debería existir ADN si fuera un suicidio, ha añadido que el cuchillo ha penetrado «con el borde cortante hacia linea media y hacia abajo en el hueco del tercer espacio intercostal», llegando a la piel tras perforar la camiseta de Julen.

En cuanto a los estudios complementarios, la búsqueda de ADN, principalmente a través de los análisis realizados por el grupo Policía científica de la Ertzaintza en sus laboratorios de Erandio, en todas las muestras recogidas en la habitación en la que se encontró el cuerpo de Julen S., aparece ADN del padre, «menos en tres muestras biológicas del cadáver», con ADN de Julen S. únicamente.

En las muestras mixtas, ha apuntado que en la manilla de la puerta casa, recorte de cinturón y el cuchillo sobre la cama, hay ADN de ambos. Además, ha apuntado que en el cuchillo que estaba sobre la cama, «en principio, solo se encontró ADN del padre», pero, «al desmontarlo, entre el mango de madera y el filo, se localizó ADN de Julen», por lo que, ha considerado que en el resto no aparece porque se habría lavado.

Según sus interpretaciones, la etiología suicida, resultaría «extraña, rara, infrecuente, estadísticamente no conocida, salvo que exista una intoxicación o un trastorno mental», mientras que la hipótesis de que Julen se clavara el cuchillo sobre la cama al caer sobre ésta desde una banqueta resulta «imposible o inverosímil».

Por el contrario, ha sostenido que «nada descalifica que pueda existir una etiología homicida si se coge el cuchillo con la mano derecha, en la posición más lógica»". A su juicio, esta hipótesis es posible con dos personas a la misma altura, una que con el cuchillo pinche ejerciendo presión sobre la otra.

Querejeta prioriza el accidente

Querejeta ha considerado que, «a día de hoy» la hipótesis «más probable» es la accidental, es decir, que Julen S. haya fallecido como consecuencia de clavarse un cuchillo en el pecho cuando intentaba abrir con él una hucha, sin descartar tampoco, el suicidio.

Para el forense, «no es probable», aunque tampoco «excluyente», que el padre del menor le clavara el cuchillo como defienden la acusación particular y el ministerio fiscal, ya que no se advierte «movimiento instintivo de defensa» en el cuerpo de Julen, que «tenía capacidad» de moverse pese a la herida, ni «tampoco un movimiento de torsión».

Además, ha explicado que la herida que presentaba Julen era «plana y limpia», y su trayectoria «de izquierda a derecha», con dos centímetros de grosor, y ha apuntado que, si hubiera habido movimiento de defensa del joven o de torsión, se habría ensanchado.