Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

El nuevo presidente francés se examina con la vieja crisis de Calais

Emmanuel Macron buscará el brillo de Versalles para dar a conocer los retos de su mandato. Lejos de la pompa de esa cita con el Congreso, Calais vuelve a la actualidad. El nuevo presidente galo sólo ha hecho hasta la fecha una vaga invocación a actuar con más humanidad. Mientras, su ministro de Interior acudía en apoyo de electos locales y policías.

Como hicieran antes muchos de sus predecesores en plaza Beauvau, Gérard Collomb se sometía días atrás a la prueba de fuego de visitar Calais, una ciudad atrapada desde hace décadas por una crisis humanitaria y sociopolítica mayor.

El nuevo ministro de Interior transmitió el habitual mensaje de firmeza ante las autoridades locales, obligadas a lidiar con las dificultades que la llegada de migrantes plantea a un territorio castigado por una crisis perenizada por la sucesión de soluciones fallidas aportadas por los sucesivos gobiernos.

Por hacer memoria, en octubre de 2016 el Gobierno de François Hollande optó por cerrar la llamada jungla y por expulsar a los cerca de 7.000 migrantes que sobrevivían en ella hacia centros de acogida, algunos ya existentes y otros improvisados, diseminados por todo el Hexágono. Con ello, el presidente socialdemócrata se miraba en el mismo falso espejo que su antecesor, Nicolas Sarkozy, cuando, siendo ministro de Interior, decidió cerrar el centro de acogida de Sangatte.

La salida más o menos ordenada de los migrantes, ya de un centro cerrado, ya de uno de los campamentos al aire libre más saturados de Europa, sólo ha servido al Elíseo, para poder esgrimir un balance de acción, para convertirse, al poco, en pólvora quemada. Los migrantes y los habitantes de la zonas que dan acceso al puerto de Calais, vuelven a pagar, aunque no en igual medida, los platos rotos de ese política de maquillaje que no aborda los problemas de fondo, a sabiendas de que, de querer hacerlo, ello le llevaría a poner en cuestión un sistema económico y geopolítico profundamente injustos, pero que defienden a pies juntillas todos los presidente franceses, más allá de su color político.

En ese contexto, la visita de Collomb no ha aportado novedades, más allá de ofrecer una imagen de fortaleza del estado que, lamentablemente, remite a las actuaciones violentas que la Policía ha protagonizado últimamente con los migrantes.

Presión local y externa

A esa represión que, en un ejercicio de sinceridad, habría que reconocer que impacta de diferente forma en la población local que en la opinión pública hexagonal, hay que sumar la presión renovada sobre organizaciones no gubernamentales y militantes que tratan de paliar las graves carencias que soportan los centenares de migrantes que buscar un refugio temporal en los alrededores de Calais.

El Tribunal Administrativo de Lille daba la espalda a una estrategia de presión que, por descontado, Gérard Collomb amparó en su «excursión al norte». El tribunal ordenaba, de hecho, adoptar medidas urgentes para asistir a ese medio millar de personas que vagan sin los más mínimos recursos por Calais y que, en opinión del juez, «corren el peligro de sufrir tratos inhumanos y degradantes».

La decisión ha sido recurrida por la alcaldesa de Calais, la conservadora Natacha Bouchar, que insiste en que «el Estado preste esa ayuda fuera del perímetro conocido como Calaisis». Y ello pese a que el tribunal no ha secundado la demanda principal de las asociaciones: la asignación de varios puntos de asistencia, paso previo a la creación de un centro de acogida. Las asociaciones han sido apoyadas también por el defensor de derechos humanos Jacques Toubon, a cuya petición se sumaba, aunque de momento genéricamente, el propio Emmanuel Macron con una declaración en favor de «un trato más humano» a las personas migrantes.

Conferencia y vías alternativas

Tras esa invocación asistencial, llegaba el llamamiento secundado por 400 organizaciones que exigen al presidente francés y al gobierno del primer ministro Edouard Philippe la convocatoria de una conferencia estatal para diseñar una política migratoria alternativa.

Con vistas a incidir, primeramente, en el «nuevo plan migratorio» que Collomb cuenta presentar en próximas fechas, las organizaciones reclaman el «cese inmediato de la intimidación a que se somete a los ciudadanos y entidades que aportan ayuda y solidaridad» a las personas migrantes.

Al tiempo, remarcan que «la gestión represiva de las migraciones internacionales y el no respeto del derecho de asilo que prevalecen en la mayoría de los países europeos y en Francia se ha saldado con un balance de fracaso absoluto», en el que hay que lamentar «miles de vidas perdidas cada año en el Mediterráneo o en las rutas europeas y centenares de miles de millones derrochados» en el vano intento de parar «lo que Collomb denomina flujos de llegada».

Desde Euskal Herria, el Colectivo de Solidaridad con las Personas Migrantes (PBSL-Etorkinekin) ha sumado su firma a ese llamamiento, al compartir, según explica a GARA Amaia Fontang, el diagnóstico de que «estamos en un estado de urgencia del que queremos alertar a la ciudadanía vasca para que, a su vez, eleve la demanda por un cambio radical de la política migratoria que impera en Europa».

El colectivo, creado en setiembre de 2015 con el apoyo de una quincena de asociaciones y medio centenar de personas, ha emplazado ya a un encuentro «que aspiramos tenga una dimensión pública» a los tres parlamentarios que representarán a Euskal Herria en la nueva Asamblea Nacional francesa.

 

«Sorta tipiek egiten dutelako erreka», inurri lanean ari da Etorkinekin kolektiboa

Lapurdi, Zuberoa eta Nafarroa Behereko herritarren artean etorkinenganako elkartasuna areagotzeko xedez, 2015eko irailean Etorkinekin kolektiboa sortu zen. Beren bizitza arriskuan jarriz Mediterraneo itsasoa zeharkatzeko pausoa ematen duten herritarren irudi lazgarriek edota Britainia Handira bidaiatzeko asmoz Calais inguruan pilatzen diren errefuxiatuek pairatzen duten egoera jasangaitzak hunkiturik, «kolektibo ezberdinen artean urratsa egiteko tenorea zela pentsatu genuen», azaldu dio GARAri Amaia Fontangek.

Helburua ez zen urrutira begiratzea soilik, salaketa orokorra egiteko, baizik eta bertako errealitateari so egitea, Ipar Euskal Herrira heldu den kultura eta jatorri ezberdinetako jendearengana hurbilduz, aniztasunaren inguruan oinarrizko lana egiteko.

Etorkinekin-ek helburu zehatzak markatu zituen. Lehen fasean, formazio eta sentsibilizazio lana lehenetsi dute. «Baita kolektiboa osatzen dugun elkarteetako lagunen harremana sendotzea ere».

Gertakariek berek –besteak beste, berriki Calais eremuan bizitako kanporatzeak eta polizia bortizkeriak– kanpora begira ateratzera bultzatu dute kolektiboa. «Larrialdi egoeraz entzuten ari garelarik, gu gehienbat larrialdi humanitarioak kezkatzen gaituela diogu, etorkinen eta horiek laguntzeko urratsa egiten dutenen bizipena baita benetako larrialdi egoera», azaldu du Fontangek.

Hainbat ekimen bultzatu edo babestu dituzte, herritarren artean elkartasun dinamika zabaldu nahirik. Hitzaldiak egin dituzte eta etorkinak atxikitzeko zentroen aitzinean antolatzen ohi diren elkarretaratzeekin bat egin dute. Ildo beretik, Ongi Etorri Errefuxiatuak dinamikari beren ekarpen egiten ahalegindu dira Hego Euskal Herriko eragileekin batera.

«Sorta tipiek egiten dute erreka» esamoldea gogoratuz, ondoko hilabeteetan sarea zabaltzeari ekinen dio kolektiboak. Baionan jaio zen ekimenak emeki-emeki beste hainbat herritan harilkatu ditu harremanak. Gaur egun Hendaian, Donapaleun, Itsasun eta Uztaritzen taldeak eratuta edo eratzeko bidean dira. Aitzina begira sortak biltzen segitzeko asmoa dute.

Kolektiboko kideak nabarmendu duenez, nahitaez, «testuinguru orokorrari eman behar diogu erantzuna, Europar Batasunak eta Frantziak ere bestelako politika bat martxan jar dezatela aldarrikatuz», baina ahantzi gabe «gure herrian den egoera ezin dugula alboratu; hemengo argazkia izan nahi dugulako presente, gure herrira etorri direnen egoeratik abiatu nahi dugu gure dinamika».

Udan zehar merkatuetara eta herriko plazetara hurbilduko dira. Ikasturte berriari begira, berriz, erronka bat iragarri du Fontangek: migranteen aldeko hitzordu azkarra nahi dute antolatu. Xehetasun gehiago, udaren ondotik.M.U.