Ane URKIRI ANSOLA

Una Iruñea multicultural disfruta al son de la música latina

Desde bien entrado el mediodía, la música latina y un buen puñado de gente se reunieron en la plaza del Castillo que se convirtió en una muestra de la ciudad multicultural.

Cumbia, samba, salsa, bachata, merengue, reggaetton y la música latina en su totalidad fue el son del centro neurálgico de Iruñea durante buena parte de la tarde. Dejado atrás el chupinazo, una gran parte del ambiente se concentró en las calles paralelas a la Plaza del Castillo, como por ejemplo la calle Pozo Blanco y Comedias, en los que caminar parecía una acción de valientes. Todo ello al ritmo de las típicas canciones de verano. Ya en una zona más amplia, en la que corría más aire, se podía apreciar a cuadrillas: unos bailando, otros bebiendo, hablando y hasta había alguno que aprovechaba las horas más peligrosas (desde las 15.00 hasta las 17.00) para echarse una cabezadita en cualquier rincón; si era verde, mejor.

A las 18.15 echó el cierre el acto donde el protagonismo se lo llevó la música latina durante más de tres horas. Ciudadanos de diferentes nacionalidades se reunieron al frente del escenario en el que un showman animaba al público. A veces con comentarios acertados y otras veces, no tanto. «Esa chica rubia bonita, que enseñe las tetas», se escuchó durante un momento dado, o repetía varías veces la pregunta «¿quién quiere sexo está noche?». Aun así, no enfrió el ambiente, la gente lo que quería era bailar y pasárselo bien.

Con esa finalidad estaba una cuadrilla de Iruñea, en la que una de ellas exclamó que no sabía cómo definirse a la hora de explicar de dónde era. «Yo soy de aquí, cómo todos estos», aclaró su amigo Pablo Goñi, cuyo único objetivo era disfrutar. «Y sobre todo, romper la rutina», añadió para describir lo que suponían para él los Sanfermines, y enseguida se sumó su amigo para confirmar el detalle. Explicaron que no pudieron ver el chupinazo en directo porque se habían quedado hasta las dos de la tarde almorzando, «pero lo hemos visto en una pantalla».

Cerca de ellos encontramos a otra cuadrilla que destacaba por su indumentaria, sin salir del canon del uniforme sanferminero (camiseta y pantalones blancos y pañuelo rojo), una de ellas llevaba una banda rosa cruzada al cuerpo en la que se podía leer “Despedida”, acompañado por el “Novio 2017”, la “Amiga de la novia” y el “Amigo del novio”. Ecuatorianos de origen pero afincados en Iruñea, subrayaron que era una continuación de la despedida, «que se prevé que se termine hoy».

Gabriela Placencia explica que ella llegó a la ciudad a los 8 años y que los Sanfermines le producen una sensación indescriptible. «Estamos aquí por la música, porque hay buen ambiente y porque queremos disfrutar», expresó a la vez que enfatizaron sus compañeros que disfrutarán durante el día pero «también por la noche». Con un “Gora San Fermin” se despidieron para seguir bailando en una Plaza del Castillo que no tuvo descanso durante toda la tarde, con un ir y venir de gente provocando una estampa rojiblanca machacando los escasos y castigados céspedes de la plaza.

Estudiantes y raperos

Una de las cosas innegables de los sanfermines es que son conocidos en todo el mundo. No solo conocidos, sino que además atraen a muchos extranjeros y personas de distintas localidades de Euskal Herria. El día 6, la víspera, día en el que revienta la fiesta se reúne gente que viene de fuera a pasarlo bien, iruindarras, navarros de alrededores y... estudiantes. Sí, personas que actualmente, en julio, están estudiando, o en prácticas. Es el caso de cinco mexicanos, de Ciudad de México concretamente, que llegaron a Iruñea el lunes para empezar las prácticas de Medicina, ahora tienen ocho días de fiesta. «Lo de la medicina era una excusa, para eclipsar nuestra intención de vivir las fiestas de San Fermín», resumió Gregorio. Admiten que ya conocían «de oídas» estas fiestas, aunque Marco confiesa que ahora está impactado por todo lo que generan: «Que una ciudad entera se vista de la misma forma es excepcional. En Ciudad de México también tenemos nuestras fiestas populares, pero no se vive nada de este estilo».

Vieron el txupinazo desde una pantalla del hospital para luego salir corriendo y así entrar de lleno en el ambiente. Además de disfrutar, como todo aquel que se encuentre en Iruñea desde el 6 de julio hasta el 14, Marco expresó que le interesa conocer por qué otra gente se acerca a los sanfermines. «Yo por ejemplo, estoy en prácticas». Además, ya tienen organizado el plan para mañana. «Queremos ver la procesión», concretó Alejandra. A fin de cuentas, Medicina en Iruñea solo se estudia en el Opus. Sus amigos, mañana irán a ver los toros.

Al lado, escuchando, se encontraban el rapero sevillano Verdugo Miles del grupo 20xx y su amigo ‘Tomasito’ –así es cómo quiere que le llamen-. Con una bandera andaluza al cuello y con sendas camisetas manchadas de kalimotxo, no hizo falta preguntar si estuvieron en la plaza del Ayuntamiento en el momento del chupinazo. «Lo estamos pasando muy bien, porque se ve que aquí nadie es más que nadie», dice el rapero y Tomasito explica que han venido expresamente a las fiestas. «Nuestro fin es relacionarnos, socializarse en un mundo donde la tecnología absorbe tanto; hoy es posible mirar a los ojos y que te escuchen lo que quieres expresar», puntualizaron. Ya les queda un día menos para ello.