En la misiva, de tres folios y enviada hoy mismo, Herrera expresa al presidente el «sentimiento de decepción y cierto abandono» que le ha producido la decisión de no renovar la autorización necesaria para que la central nuclear de Garoña pueda volver a operar.
El presidente castellanoleonés asegura en la carta que no comparte la decisión, ya que la Junta siempre ha defendido su continuidad. A pesar de esto, indica a Rajoy que la Junta ha sido consciente de la "soledad social y política a la que poco a poco se iba abandonando a Garoña" y que "sorprendentemente" se extendió también a los propietarios de la central a través de Nuclenor.
Herrera considera que esta situación, unida a las iniciativas políticas que han instado al Gobierno a impedir su reapertura y al hecho de que en el periodo de alegaciones han sido pocas las instituciones y organismos que se han mostrado favorables a su continuidad, ha dejado a la central sin casi apoyos.
«Es la clamorosa soledad a la que se ha condenado a Garoña», dice el presidente en la carta, en la que agrega: «Por eso, estimado presidente, me duele de manera especial que deba ser precisamente el Gobierno de la Nación el que aparezca al fin como responsable de una decisión de cierre para la que tantos otros han trabajado mucho más intensamente».
Y se refiere, particularmente, a los propietarios de la central, Iberdrola y Endesa que, «con sus dudas, cambios de opinión y desistimiento virtual son los verdaderos causantes del cierre».
Tras indicarle al presidente los «graves efectos negativos» que van a producirse en los municipios del entorno de la central nuclear en cuestión como el empleo o el desarrollo económico, Herrera exige a Rajoy que, en paralelo a la decisión de cierre, comprometa un plan urgente de reindustrialización de la zona que ofrezca alternativas posibles y viables para la generación de riqueza y empleo.