De esta forma se ha pronunciado en declaraciones a los periodistas al ser cuestionada por la decisión de Fomento de asumir en solitario «de forma inmediata, la gestión integral» del proyecto de tren de alta velocidad en el herrialde «tras la falta de respuesta a su propuesta de convenio por parte del Gobierno de Navarra».
Barkos, quien ha hablado de «ruptura unilateral», ha instado a echar la vista atrás, en concreto a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado en los pasados meses de mayo y junio, para entender lo que ha ocurrido y en ese sentido ha concluido que «UPN quería un juguete, UPN tiene un juguete y a Navarra se le ha hurtado un convenio».
«Este es un ejemplo claro de la irresponsabilidad allá donde el interés partidario choca con el interés general de Navarra», ha aseverado.
La presidenta ha insistido en que en estos momentos lo que hay encima de la mesa es «una declaración de ruptura del Gobierno del PP que no atiende a los intereses generales de Navarra, que no atiende a la realidad y la verdad de los motivos de ruptura de ese convenio y que por lo tanto, solo atiende a los compromisos que adquirieron para los presupuestos de 2017».
Tras subrayar que «no se da ninguna de las tres circunstancias que explican la ruptura o la finalización del convenio», ha avanzado que cualquier colaboración del Gobierno de Nafarroa en los siguientes pasos «va a mirar de forma muy ambiciosa que lo que se acometa sea una obra de corredor, no de ningún tren a ninguna parte», que es lo que, ha precisado, hay ahora en el convenio de 2010.
Al respecto ha apuntado que «el Gobierno del PP se comprometió a licitar unos tramos en 2017 cuando no podía porque el convenio de 2010 está vigente y esa posibilidad estaba solo en manos del Gobierno de Navarra».
A eso ha añadido que los plazos en los que estaban, «porque así había venido siendo la gestión del Gobierno central en esta materia, hacían prácticamente imposible poder licitar nada en 2017».
La presidenta navarra ha negado que haya habido «retraso» en la respuesta de su Gobierno y al respecto ha asegurado que han estado trabajando en todo lo que les competía «en tiempo y forma».
«No hay ningún retraso, lo que ha pesado han sido razones de otro tipo y tienen que ver con intereses partidistas», ha reiterado.
Al ser preguntada por la vinculación de esta decisión con el Convenio económico, ha manifestado que «no se vincula políticamente», pero ha reconocido que «es cierto que todas las negociaciones de envergadura tienen una central que es la negociación del Convenio económico».
«Si Navarra va a plantear y plantea al Gobierno del Estado que cualquier acuerdo en torno a la financiación de las obras del TAV ha de hacerse en cargo a la aportación anual, descontándolo del Convenio, lógicamente se debe tener el Convenio ordenado», ha apostillado, para recordar a continuación que van tres años tarde, que la actualización debía estar firmada para 2015.
Esa negociación debe «estar en la recta final», según la presidenta, quien ha concluido que «por lógica primero ha de ser el Convenio económico».