Iraia OIARZABAL

Montjuïc vibra, un país mira al futuro

Las inmediaciones de Montjuïc eran un incesante ir y venir de gente desde las calles principales que desembocaban en una explanada que ya se ha convertido en icono para el independentismo catalán. Más de cuatro horas de acto en las que miles de personas levantaron sus banderas y su voz. Votarán, lo tienen claro.

Las emociones han estado a flor de piel estas últimas semanas previas al referéndum del 1 de octubre y cuando resta un día para que los catalanes voten si quieren vivir o no en una república independiente esos sentimientos son más palpables. Las incógnitas en torno a cómo se desarrollará todo son evidentes. Pero nadie en Montjuïc ponía en duda que mañana podrán decidir su futuro. Incluso en la zona de prensa, ubicada en un extremo del recinto donde tuvo lugar el acto, se arremolinaba gente que se unía a los gritos del público: «Votarem», «votarem». Hubo hasta quien se arrancó con una rumba al ritmo de “Los Manolos”.

Al acto principal le precedió una hora larga de actuaciones musicales que entonaban con el ambiente festivo de los asistentes. «Este es un proceso que se ha llevado adelante con alegría y pacíficamente», comentaba una mujer que, junto a su bebe y una estelada en la espalda, esperaba el inicio del acto. Una nutrida representación de las formaciones y entidades soberanistas tomó la palabra. El president, Carles Puigdemont, el vicepresident, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez (Assemblea Nacional Catalana), Jordi Cuixart (Òmnium), Neus Lloveras (AMI), Miguel Buch (ACM), Marta Pascal (PDeCAT), Marta Rovira (ERC), Mireia Boya (CUP), Antoni Castellà (Demòcrates), Magda Casamitjana (Mes), Jaume Asens (BeC), Albano Dante (Podem) y Joan Josep Nuet (EUiA) formaron el cartel, del que cabe destacar la presencia también de partidos no independentistas.

Los discursos políticos llegaron precedidos por “L’Estaca” cantada por una multitud que ya de noche ondeaba sus esteladas al grito de «Independencia». Duras críticas al Gobierno español y agradecimiento a los payeses, los estudiantes, quienes custodian los colegios electorales, representantes de colectivos inmigrantes, empresarios, medios de comunicación… Y es que el camino del 1-O ha implicado a todo un pueblo, que ha tirado de imaginación y resistencia para responder a las amenazas de Madrid. Todos ellos participaron ayer en el acto, como los miembros del cuerpo de bomberos que el jueves desplegaron una espectacular pancarta con el lema «I love democracy«. Ayer se reafirmaron en su compromiso: «Las calles serán siempre nuestras, y los bomberos seremos siempre vuestros». Colectivos que reafirmaron su compromiso y forman con letras gigantes la frase: «referéndum es democracia».

Pueblo e instituciones

El president, Carles Puigdemont, fue el último en tomar la palabra y lo hizo mostrando todo su compromiso. Por la mañana los representantes del Govern, entre ellos Oriol Junqueras que también participaba en el fin de campaña, daban cuenta de algunos detalles de cara al 1 de octubre. Aseguraron que hay alternativas contempladas y que se garantizará poder votar. «Ya hemos llegado aquí, y hemos llegado para quedarnos. Tenemos todo el domingo para ganar la independencia y cada hora que falta será la espera más larga», expresó para añadir que el pueblo catalán ya puede sentirse ganador gracias a toda la gente que se está movilizando en todo el territorio para proteger las instituciones y la libertad. «Ya hemos ganado», constató. «Hemos vencido a las mentiras, la intimidación y a un Estado autoritario. No nos conocían y pretendían que nos rindiésemos en la primera dificultad. Cada dificultad nos ha hecho más fuertes», proclamó. Adelantó el president que el lunes comenzarán a caminar «con pasos decididos» .«Salimos de casa dispuestos a cambiar la historia, a construir un país que cuando se reconozca no pase vergüenza».

Junqueras también recalcó que las instituciones se deben al pueblo. Afirmación que fue respondida con un fuerte «no tinc por». Afirmó el vicepresident que desde el día 20 de setiembre, cuando el Estado intervino las instituciones catalanas, cambiaron muchas cosas y se abrió una lucha por la dignidad. «Gracias por haber comenzado a ser libres», añadió.

Desde las entidades soberanistas aplaudieron el carácter cívico y pacífico de las movilizaciones en defensa del derecho a decidir y la independencia. Miguel Buch (ACM) alabó el papel de todos los alcaldes y alcaldesas que frente a amenazas, denunció el parecido del Estado español con Turquía y recalcó que no darán ni un paso atrás.

La presidenta de AMI, Neus Lloveras, dedicó también parte de su intervención al Ejecutivo de Madrid: «nos tratan de tontos, no es verdad. La fuerza es porque es un movimiento que ha salido de la gente y eso es imparable», advirtió, para reiterar la implicación de los alcaldes. «Sabemos lo que pasa en nuestros pueblos. La única manera de mirar adelante es con un Estado propio, con la independencia», añadió.

Jordi Cuixart destacó que «hoy tenemos decenas de miles de catalanes defendiendo la democracia en las calles y colegios de toda Catalunya» y llamó a seguir en ello. «Que no quede ningún colegio sin protección. Hoy a los colegios y el domingo a las urnas», sentenció.

También la CUP estuvo presente. La parlamentaria Mireia Boya volvió a saludar a todos los «piolines infiltrados», como hizo en un acto anterior esta misma semana, a quienes dijo: «no tenemos miedo, no tenéis nada que hacer». La diputada de la CUP defendió fervientemente la independencia y arrancó la ovación de los presentes: «No es una movilización, es un referéndum de autodeterminación para declarar la independencia de Catalunya».

Con evidentes diferencias en su postura sobre la independencia, Jaume Asens y Albano Dante defendieron fervientemente el derecho del pueblo catalán a votar y aseguraron que mañana acudirán a las urnas. Para el sector de los Comuns tuvo un mensaje Boya, que les pidió que no se tomen la jornada del domingo como una movilización y acudan a votar. «Roma no paga a traidores», declaró.

Montjuïc vivió ayer una gran fiesta protagonizada por miles de ciudadanos que saben que mañana se juegan mucho. Ni más ni menos que su futuro como pueblo, la oportunidad de construir una república.