La segunda bombilla se puso verde. Era una de las preguntas de las fáciles y dos de los concursantes respondieron al unísono: «Navarra». Sin embargo, ha estallado la polémica y la cuenta de Twitter del programa "Boom" anuncia que rectificará. «Nuestras disculpas por la pregunta sobre Navarra que no debió ser emitida. Próximamente Juanra (el presentador) rectificará en Boom», han prometido.

Sin embargo, más allá de la reacción furibunda de algunos, no hay lugar a ninguna polémica. La voz «Euskal Herria» es euskérica y, en consecuencia, quien determina su significado es la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia). Ocurre lo mismo que con el castellano y la RAE.

A tal efecto, en el año 2003, Euskaltzaindia aprobó un texto sobre la cuestión en su Pleno de 18 de julio en Donostia. «Desde hace siglos existe un empleo generalizado de la denominación Euskal Herria para designar un territorio con rasgos culturales bien definidos, por encima de fronteras político-administrativas y por encima también de las diferencias históricas», expone en ese documento, que cita como referentes los textos del sacerdote labortano Joanes Leizarraga, fallecido en 1605. El navarro Pedro de Axular también lo empleó en su obra "Gero" de 1643.

Así, Euskal Herria se extiende por los siete territorios donde se habla esta lengua: Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Lapurdi, Zuberoa, Nafarroa y Behenafarroa. Euskaltzaindia insiste en que es un término válido, correcto y ajeno a lo político, por muchas fobias que genere en unos y por mucha ilusión que genere en otros. «Esta institución académica, ajena por completo al terreno político y por encima de todo credo e ideología, y respondiendo a uno de los fines fijados en el Real Decreto 573/1976, de 26 de febrero, por el que se reconoce a Euskaltzaindia – Real Academia de la Lengua Vasca, a saber, el fin de tutelar la lengua, no puede menos de reiterar la propiedad e idoneidad de la denominación Euskal Herria, nombre que pertenece a todos y que en modo alguno debe tomarse en sentido partidista, como lamentablemente ha sucedido y sucede. Todo ello sin perjuicio, claro está, de los nombres de cada uno de los territorios ni de las denominaciones político-administrativas».

Por ello, si finalmente el concurso rectifica, evidenciará que la política y la ignorancia están por encima de la razón objetiva. Una lástima.