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May revive el pasado colonial con orgullo por el impulso al sionismo

La primera ministra británica, Theresa May, celebró ayer con su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, el centenario de la Declaración Balfour, con la que la potencia colonial dio al sionismo un impulso y sentó las bases para la persecución y expulsión de cientos de miles de palestinos de su tierra. May subrayó su «orgullo» por la contribución.

El 2 de noviembre de 1917, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Arthur Balfour, indicaba, en una carta al líder de la comunidad judía británica, Lord Walter Rothschild, que su Gobierno consideraba «favorablemente la instalación en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío», cuando la región aún estaba en manos del Imperio Otomano.

Una frase de 67 palabras se convirtió en el más fuerte apoyo de una potencia colonial a los objetivos del movimiento sionista, y sirvió de base para la proclamación del Estado de Israel en 1948 y la persecución y expulsión de 750.000 palestinos de sus hogares.

Pese a las críticas que levanta la celebración del origen de medio siglo de ocupación de Palestina, la primera ministra británica, Theresa May había adelantado que marcaría esta fecha con «orgullo» e invitó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Londres para conmemorarla junto a los descendientes de Balfour y del líder sionista Lord Walter Rothschild.

May quiso subrayar así el papel clave del Reino Unido en la creación del Estado de Israel, lo que fue reconocido por Netanyahu. Además, criticó el «antisemitismo» que cuestiona «el derecho de Israel a existir» y afirmó que «estamos orgullosos de la relación que hemos construido con Israel».

El secretario general de la OLP, Saeb Erekat, criticó la actitud británica asegurando que «nada es más vergonzoso que celebrar el colonialismo» y subrayaba que, conmemorando el centenario, Londres «ha elegido celebrar cien años de injusticia, racismo y violencia».

 

Rechazo en Palestina a la celebración del sufrimiento

Con banderas negras, miles de palestinos protestaron ayer en las calles en distintas las ciudades de Cisjordania y de la Franja de Gaza con un mensaje común, la exigencia de que «el Reino Unido pida perdón» por la Declaración Balfour, la que consideran el germen del sufrimiento que siguen viviendo hoy, algo que Londres ya ha rechazado hacer. En Ramala unas 3.000 personas caminaron hasta el consulado británico, pero también hubo manifestaciones en Jerusalén, Yenín, Salfit, Tubas, Hebrón, Nablus y Gaza, en las que participaron miles de personas con carteles en los que se leía «Los palestinos también son humanos» o con una enorme cruz roja tachando una imagen de Arthur James Balfour. El ministro de Exteriores palestino, Riad al Malki, consideró las celebraciones en Londres «una falta de sensibilidad hacia el pueblo palestino», y anunció acciones legales contra el Gobierno británico en tribunales internacionales.GARA