Así lo ha asegurado a los periodistas antes de la reunión del CES, en el que preceptivamente ha presentado el anteproyecto de Presupuestos de Nafarroa para 2018, que contiene un montante de gastos no financieros de 3.883 millones de euros, un 4 % mas que los actuales, más de la mitad de ellos para políticas sociales.

«Es hora de escuchar a los agentes sociales y empresariales que conforman el Consejo», ha asegurado Aranburu, quien ha definido su anteproyecto como «muy participativo, porque estamos abiertos a todas las sugerencias», como lo demuestra que de las ideas aportadas en la reunión mantenida en el mes de septiembre antes de elaborarlo, «hay bastantes cosas que se han recogido».

En cualquier caso, ha advertido que entre los propios miembros del CES, al que pertenecen sindicatos y organizaciones empresariales, entre otros colectivos, «hay puntos de vista muy encontrados, y lo que a unos les parece poco. para otros es excesivo y viceversa. Creo que en el medio estará la virtud», ha zanjado.

Por otro lado, preguntado por el cierre del Convenio Económico con el Estado, Aranburu ha reconocido que «la aportación del Estado es una de las partidas más importantes del Presupuesto» y ha advertido de que, aunque no está fijada, para calcular la cantidad se ha utilizado «una estimación en base al preacuerdo» al que se ha llegado, sobre la que se ha calculado lo correspondiente a 2018.

«Queda esa incertidumbre pero hay que confiar en que llegaremos a ese acuerdo a tiempo. Yo soy optimista», ha planteado el consejero, quien no ha querido adelantar las medidas fiscales que acompañarán a este anteproyecto «porque todavía están sin cerrar del todo».

«Sí puedo adelantar que no son reformas fiscales en el sentido de efecto recaudatorio, sino más bien de tipo filosófico para modificar y dar algo más de progresividad al sistema tributario».

Así, ha recordado que desde su llegada al Gobierno, el cuatripartito ha dado al sistema tributario «un impulso más equitativo y progresista», que beneficia más a las rentas medias-bajas que a las altas.

«El sesgo que se le ha dado a la reforma fiscal ha ido en el sentido de aumentar la igualdad y progresividad de todas las figuras tributarias, pero más en las que más efecto tienen, como el IRPF o los impuesto sobre la riqueza», ha dicho, par anegar que haya perjudicado a las familias con hijos.