Ion TELLERIA
BARCELONA

Megamitin inusual para cerrar una campaña de excepción

El cabeza de lista en el exilio, el segundo en prisión y el cuarto recién salido de ella. La excepcionalidad de la situación es palpable en la lista que encabeza el 130º president de la Generalitat catalana y su candidatura, Junts per Catalunya (JxCat), cerró ayer por la noche la campaña electoral con un acto acorde a la anormalidad instalada tras la intervención española.

El cabeza de lista en el exilio, el segundo en prisión y el cuarto recién salido de ella. La excepcionalidad de la situación es palpable en la lista que encabeza el 130º president de la Generalitat catalana y su candidatura, Junts per Catalunya (JxCat), cerró ayer por la noche la campaña electoral con un acto acorde a la anormalidad instalada tras la intervención española.

«El mitin más multitudinario de la historia», dijo Carles Puigdemont al inicio de su intervención, que se siguió en directo en más de un centenar de eventos organizados por todo el país. Lo bautizaron ‘megamiting’. El acto principal en Barcelona fue en la Plaça de la Virreina de la Vila de Gràcia, aunque no hubo referencia alguna a lo apropiado (o no) del nombre del lugar.

Eduard Pujol, portavoz de la candidatura, cerraba su intervención al grito de «o Rajoy o Puigdemont» cuando la pantalla instalada en la plaza en la que se congregaban decenas de simpatizantes mostró la cuenta atrás para la intervención del president desde Bruselas. 20.30, puntual, fijó su mirada levemente inclinada hacia abajo, dirigida directamente a quienes observaban la pantalla colocada sobre el escenario. Hubo interacción, porque el propio president podía ver y oir la reacción de los presentes, como se pudo apreciar en las pausas que realizaba Puigdemont cuando era interrumpido con aplausos.

Insistió en la idea fuerza de su lista, «vuestro voto es el que nos hará volver a Catalunya y el que posibilitará sacar a todos de prisión», y anunció su regreso entre la ovación de los presentes, «si gano las elecciones y soy investido president, entraré al Palau de la Generalitat con todo el Govern legítimo».

Cuando el Gobierno español convocó las elecciones catalanas «impuestas por la fuerza», según insistió el president catalán ayer, parecía evidente que ERC se convertiría en la nueva fuerza mayoritaria del independentismo, pero la campaña, y la fórmula adoptada por Puigdemont y asumida por el PdeCat, muestra ya visos de que esta premisa puede que no se cumpla. La directora de campaña de JxCat, Elisa Artadi, dijo ayer que «esta es la verdadera lista unitaria» y Puigdemont apeló al voto de «todos los independentistas, más allá de a quién han votado en el pasado o a quién piensan votar en el futuro», «esta es la mejor herencia de Junts pel sí», sentenció.

JxCat ha fiado todo el argumentario de su oferta a lo excepcional de la situación. «Nos jugamos el todo», dijo ayer Puigdemont. Lo explicó recordando el mandato de las autonómicas de setiembre de 2015 y el 1-O; «hoy podríamos tener ya un país mejor», dijo tras denunciar la intervención española y alertar de que «no es posible hacer un país mejor con el 155 ni con los partidos que lo han hecho posible». Reivindicó la legitimidad del Govern que preside y lo argumentó en respuesta a las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno español: «Soy president porque no doy por bueno que nadie descabece nuestras instituciones».

Más allá de las siglas

La competencia por el voto entre ERC y JxCat es evidente, pero ambos se han esmerado en mantener unos mínimos que garanticen una imagen de consensos básicos entre el independentismo. Tanto Artadi como Pujol y Puigdemont recordaron a todos los consellers en el exilio o en prisión y a los presidentes de las entidades soberanistas que siguen en Soto del Real. La primera fila del acto de cierre de campaña fue para todos ellos, sus nombres colocados sobre las sillas vacías situadas en lugar preferente recordaron que el jueves Catalunya vota en una situación de evidente excepción.