Joseba VIVANCO

El mejor regalo para el Athletic (2-0)

Merecida y solvente victoria de los rojiblancos en un derbi en el que solo hubo un equipo, el que ganó. Ante un Alavés irreconocible, timorato, que no ganó ni en el cuerpo a cuerpo, los leones se pasearon con un buen juego por momentos y, por fin, hizo un gol de córner, tras 93 sin acertar en la meta rival. Y de paso Aduriz le marcó al Glorioso. Regalos.

ATHLETIC 2

ALAVÉS 0

 

Los Reyes Magos llegaron a San Mamés cargados de regalos, uno de ellos en forma de gol de saque de esquina, el primero de la presente temporada; otro en las botas de un Aduriz al que solo el Alavés se le resistía entre aquellos equipos a los que no había marcado en Primera; lo mismo que se portaron bien con un Herrerín que tuvo menos trabajo que San José en su noche de bodas y dejó por cuarto partido consecutivo su portería a cero. En definitiva, un derbi que se prometía enconado y rocoso, pleno de intensidad y disputa, pero que fue, sin duda, el partido más plácido de los leones en lo que va de campaña. Y todo gracias, en buena medida, a un rival que fue una caricatura de lo que se esperaba. Actitud inexplicable que aprovechó el Athletic para jugar con soltura, sin agobios, con el marcador a favor desde los primeros minutos, raseando la pelota como hacía mucho tiempo, no permitiendo al rival que se creciera en ningún momento... Victoria solvente, merecida para los rojiblancos y a la que solo le faltó la guinda de haber vuelto a ver al león Yeray sobre el césped de un estadio que ya le venera. Al menos, le pudo ovacionar mientras se ejercitó por la banda. Tiempo habrá de celebrar su vuelta. Hoy toca festejar la victoria, auténtico regalo de Reyes para un conjunto vizcaino que se juega mucho en las próximas semanas.

Kuko Ziganda no se reservó de salida nada en ataque. Fue con todo, resituando a De Marcos en el lateral y empujando con Susaeta y Williams en las bandas. De inicio se reflejó esa actitud ofensiva de los bilbainos con un primer aviso de un intensísimo como desafortunado Williams, que Pacheco sacó como pudo. Y al 94 córner el Athletic marcó. Fue el preludio del gol de Etxeita. Sacó Susaeta y apareció fuera de la zona de remate el ayer titular por Núñez para conectar con el pie, en difícil posición, un balón que dibujó una parábola hasta alojarse pegado al segundo poste. Indescriptible alegría la del de Zornotza, un jugador que como después diría su entrenador, es el típico que «el Athletic necesita siempre». Cada vez que juega, añadió Ziganda, «me alegro, es un ejemplo».

Un gol tempranero que allanó y de qué manera el camino a un Athletic que firmó una magnífica primera media hora. Dirigido en la sala de máquinas por Iturraspe, marcando los ritmos, moviendo el balón en cordada, perfilando por bandas con un veloz Williams, Raúl García tuvo el gol en un cabezazo que atajó Pacheco, pero los locales no acertaban con el segundo. Dominio infructuoso ante un timorato Alavés que no ganaba ni una sola disputa y daba demasiadas facilidades al rival. Pero el Athletic tiene sus momentos. Y uno de esos, menos mal que el único ayer, sucedió sobrepasada la media hora, cuando la defensa bilbaina dio síntomas de tener más peligro que la delantera albiazul. Por fortuna fue un espejismo. Aduriz casi anota tras una jugada de tiralíneas, Iturraspe casi firma un gol olímpico, Williams volvió a obligar a Pacheco... De camino a vestuarios el Athletic había rematado seis veces dentro del área rival; el Alavés cuatro desde fuera y ni una sola entre los tres palos.

En la reanudación Bojan disparó muy flojo a las manos de un inédito Iago. Un amago que el Athletic cercenó desde ya, no dejando que los babazorros se le subieran a las barbas. Con Iturraspe de mariscal, Rico barriendo campo, Susaeta aleteando cuando no robando balones, Williams galopando su carril, los rojiblancos siguieron siendo superiores a un muy justito Alavés que encajó el segundo de penalti cometido sobre Raúl. Aduriz no perdonó y de paso sentenció el partido, alejando fantasmas y angustias. Williams y Etxeita tuvieron el tercero. Suficientes regalos ya. El mayor, el del propio Alavés y que el Athletic no desaprovechó. A balón parado.