Dabid LAZKANOITURBURU

Macron saca músculo internacional en una visita a China en la que reivindica su papel en la nueva Ruta de la Seda

El presidente francés, Emmanuel Macron, arrancó su primer viaje oficial a China mostrando un apoyo claro, matizado con alguna reconvención, al proyecto de nuevas Rutas de la Seda.

El presidente francés, Emmanuel Macron, arrancó su primer viaje oficial a China mostrando un apoyo claro, matizado con alguna reconvención, al proyecto de nuevas Rutas de la Seda.

Macron llegó a primera hora de la jornada a Xian, antigua capital del imperio chino, y que fue el punto de partida de la Ruta de la Seda, antigua vía comercial mundial que Pekín busca actualizar desde 2013 con un proyecto colosal de construcción de carreteras, puertos, vías férreas y parques industriales entre China y Europa y más allá.

«Mi voluntad es que Francia y Europa participen en este plan ofrecido por China», señaló Macron, quien fue más allá y aseguró en una entrevista concedida a la web China.org que París estaría dispuesta a jugar un «papel motor» en la concertación euro-china sobre el proyecto.

«Somos memoria del mundo»

«El futuro necesita a Francia, Europa y China. Somos la memoria del mundo y depende de nosotros decidir ser su futuro», recitó solemnemente el inquilino del Elíseo, para añadir que «Francia es y será, en el corazón de Europa, un poder de innovación que quiere entablar un diálogo con China», país que prometió visitar al menos una vez al año durante su mandato.

El Estado francés se había mostrado hasta ahora prudente ante un proyecto, el de las nuevas Rutas de la Seda, que parte de la UE juzga peligrosamente expansionista de la mano de la segunda potencia mundial.

Pese a su entusiasmo, el propio Macron advirtió sobre una eventual utilización del proyecto en clave hegemónica por parte de China. «Estas rutas son compartidas y no pueden ser unívocas (...) No pueden ser las rutas de una nueva hegemonía que dejaría en situación de vasallaje a los países que esas rutas atraviesan», añadió. En la misma línea, y haciendo suyo el temor europeo a que asistamos a una simple trasposición de los excedentes productivos chinos a Asia Central, el presidente galo apeló a trabajar en ese proyecto «en el marco de una asociación equilibrada y reglada».

Clima, exigencias y olvidos

Tras visitar a los soldados de Terracota en Xian, Macron viajó a Pekín, donde fue recibido por el presidente chino, Xi Jinping.

El presidente francés alabó el compromiso de China en la lucha contra el cambio climático, sin el cual «el acuerdo de París no habría sobrevivido» y anunció que propondrá a Xi «relanzar la batalla climática» ante la marcha atrás de los EEUU de Donald Trump.

Pero Macron, que le regaló un caballo de la Guardia Republicana –emulando la «diplomacia del panda» china–, tiene una lista de peticiones en el encuentro bilateral y oficial de hoy: entre ellas el déficit comercial de 30.000 millones de euros con China y el control por parte de la UE de las inversiones chinas en los sectores estratégicos.

Xi mostró su disposición para mejorar la confianza política con Macron. Este correspondió anunciando que abordará «en privado» con Xi la cuestión de los derechos humanos y de la persecución penal de la disidencia política