P. CABEZA
BILBO

Achiary e Irazoki presentan en Bilbo el excelso «Bas(h)oan»

Uno de los discos más apasionantes que se han grabado el año pasado es el protagonizado por Beñat Achiary, Joseba Irazoki y Julen Achiary, de título «Bas(h)oan. De hecho podría ser uno de los hitos de la discografía vasca. Una hora donde el trío combina canciones de Basho y propias. «Bas(h)oan» se presenta hoy en Kafe Antzokia de Bilbo, 21.30.

«Bas(h)oan» (Elkar) es un disco excepcional. Posiblemente una de las grabaciones más artísticas que se han grabado nunca en Euskal Herria y, sin duda, capaz de competir internacionalmente. Beñat Achiary cuenta con una discografía oficial muy amplia, más de sesenta referencias de diferentes orientaciones: «soy un nómada de casa», nos dce entre una mplia sonrisa que no cesa –vamos, que no para de viajar– mientras añade que es un «contrabandista poético».

De otra parte, Joseba Irazoki, con otro ritmo de grabaciones por restricciones propias de la escena local, sí cuenta, por contra, con numerosos proyectos con los que lleva trabajando desde hace muchos años. Es un guitarrista de enorme clase también capaz de codearse internacionalmente.

Julen Achiary (30 años) es hijo de Beñat, es batería, percusionista y toca también el tambor de cuerdas, ttunttuna, además de cantar en onda parecida a su aita. Beñat reside en Baiona y Julen en Toulouse. «Mi hijo está muy comprometido con los percusionistas congoleses. Su aportación es de instrumento solista», puntualiza Beñat, que a sus 70 años posee una voz de extrema calidad.

«Bas(h)oan» es un disco de homenaje a Robbie Basho, guitarrista estadounidense muerto a los 45 años, pero que tuvo el tiempo suficiente para innovar con la acústica y con su voz, además de ser muy inquieto en influencias, incluidas las orientales. Las formas vocales se asemejan a las de Achiary y Joseba Irazoki ha trasladado el espíritu acústico a su guitarra eléctrica con la intención de ampliar el sonido y aportar una visión personal. Además se incluyen composiciones de Irazoki y Achiary y letras de Itxaro Borda y Jon Mirande. Las composiciones propias encajan con el universo Basho.

«Hace unos años me llamaron –explica Irazoki– para formar parte en un recopilatorio de guitarristas haciendo un homenaje a Robbie Basho. Empecé a componer la canción y estaba bastante contento, pero pensé que también podría ser original homenajear la parte vocal de Basho que quizá se había reconocido menos. Para entonces ya tenía relación con Beñat y como tiene un tipo de voz parecido a Basho pensé que podría estar bien que cantara en esa canción». Por cuestiones de agenda no pudo ser, pero la idea continuaba su curso. Tras comenzar a trabajar en las canciones de Basho y después de dar algún concierto en dúo, ya se pensó en el disco «y en la sonoridad que queríamos. Además, vimos que añadir algo de sección rítmica podría venirle bien al proyecto».

Conocer a Robbier Basho no es sencillo, la mayoría de sus discos se editaron del 65 al 80, existen algunas reediciones en cedé, pero de compleja localización. Irazoki describe a Basho: «Era un buscador eterno. Empezó su carrera como compositor de canciones pero enseguida tuvo otras inquietudes, a la vez que Fahey dieron un vuelco total a la guitarra acústica. Robbie con el tema de los ragas la llevó un paso más allá. Ya grabó algún tema al piano, pero parece ser que cuando murió estaba ya metido en tema de orquestaciones. Creo que todavía nos iba a dar muchas sorpresas, gran pena su muerte por accidente».

«En principio –añade Irazoki– la gente creo que pensaba que haríamos un disco ‘difícil’ por nuestras características, pero creo que ha quedado bastante fácil de digerir. No ha sido buscado, aunque sí teníamos claro que iba a ser un disco de canciones, de todas maneras la improvisación también ha estado bastante presente. Al final hemos llegado a un buen punto medio. En cuanto a las composiciones, Beñat tiene un registro parecido a Robbie y yo llevo un tiempo trabajando con afinaciones abiertas [como Basho]».

La cita es hoy en Kafe Antzokia. La impresión es que será uno de los conciertos más atractivos de la historia del local.