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Una jornadas en Iruñea reconocen a quienes lucharon por defender «la legalidad republicana»

Magistrados, documentalistas, historiadores, profesores y abogados participan en unas jornadas en Iruñea en las que se reconoce «a todos aquellos que lucharon con dignidad por defender la legalidad republicana, que era pionera en la Europa del año 1931».

Cartel de las jornadas sobre la represión franquista de la Administración de Justicia en Nafarroa.
Cartel de las jornadas sobre la represión franquista de la Administración de Justicia en Nafarroa.

Este reconocimiento ha sido considerado necesario por el magistrado emérito del Tribunal Supremo español, José Antonio Martín Pallín, quien ha pronunciado la ponencia inaugural de las jornadas ‘La represión de la Administración de Justicia en Navarra en la Guerra Civil y el Franquismo’.

La consejera de Justicia e Interior del Gobierno de Nafarroa, María José Beaumont; el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, y la portavoz de la Asociación de Jueces y Juezas para la democracia y presidenta de la Audiencia Provincial de Nafarroa, Esther Erice, han inaugurado las sesiones, en la se rinde un homenaje al juez Luis Elío.

Elío, condenado a muerte tras el golpe de 1936, logró escapar y después de permanecer tres años escondido y un tiempo en el campo de internamiento de Gurs, se exilió a México en 1940, donde vivió hasta su muerte el 27 de enero de 1968.

Desde mañana sábado día 27, la plaza situada al Palacio de Justicia, llevará su nombre en recuerdo a su figura y a la de las personas de la administración de Justicia de Nafarroa perseguidas y muertas por defender sus ideales políticos.

En su discurso. el magistrado emérito, quien ha apuntado que la Constitución de 1931 es estudiada en las facultades de derecho como una Constitución vanguardista, ha asegurado que todos los que fueron fieles a la II República española merecen reconocimientos como éste.

«Jueces, demócratas y republicanos, con ideas que hoy serían admisibles en toda la Europa de la que formamos parte, solo por eso fueron sometidos a consejo de guerra y fusilados en su mayoría», ha sostenido.

Ha repasado las diferentes etapas que se vivieron en el proceso de «depuración», la primera que nació con el golpe militar en la que «depuración es equivalente a eliminación, no hay espacio intermedio salvo para los que tuvieron suerte de ver conmutada pena de muerte por grandes periodos de prisión».

La segunda etapa comenzó con la ley de 1939 y tenía como objeto «burocratizar la depuración, por decir algo suave». Esa ley, casi paralela a la de responsabilidades políticas, «avisaba» ya en su preámbulo de lo que «se les viene encima a los vencidos», culminaba con un parte final de guerra, que era «tan bárbaro» que tuvieron que sustituirlo.

Además ha aludido a la situación «intolerable» en torno a la memoria histórica que se da en el Estado español, lo que ha hecho que organismos internacionales hayan tenido que llamar la atención al Gobierno por el «desprecio» hacia quienes yacen en las cuentas.

El alcalde ha recordado que en Nafarroa no hubo frente de guerra y sin embargo «la represión franquista se cebó con la población», dejando cifras como 306 fusilados sin juicio previo y unas cifras de represaliados que no es posible cuantificar en el conjunto del herrialde, una violencia de la que no fue ajena la justicia.

«La obsesión por establecer un control férreo sobre la actividad judicial para borrar cualquier vestigio de la modernidad del sistema judicial republicano» hizo que sufrieran el «zarpazo de la violencia franquista» dejando «tristes ejemplos de depuración» como el de Natalio Cayuela, secretario de la Audiencia Provincial, quien fue ejecutado o el citado Elío.

La «desproporcionalidad enorme de la represión», también ha sido subrayada por Erice, quien, ha considerado «sorprendentes» las cifras de represión en un herrialde con mayoría social conservadora. Esto, ha dicho, se considera un ejemplo de «limpieza política».

En un sentido similar, Beaumont, quien ha destacado que en ningún otro territorio se ha celebrado una jornada de estas características, ha aludido al «gran desconocimiento» que existe en torno a los procesos que se iniciaron prácticamente tras el golpe de Estado y que continuaron hasta los años 50, generando situaciones de «indefensión, temor, falta de seguridad y miedo a ser depurados».

Todos ellos han tenido palabras de reconocimiento hacia Elío, del que han dicho que fue un hombre independiente, ilustrado, de hondas convicciones humanistas, que en el ámbito laboral se había ganado el respeto de los sindicatos y de la patronal.