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Sin acuerdo entre el comité y la empresa adjudictaria de la OTA, continúa la huelga

La dirección de la adjudicataria del servicio de la OTA, la UTE Eysa-Cycasa, y el comité de empresa han mantenido esta mañana otro encuentro, en el que han vuelto a evidenciar la distancia que separa sus respectivas posturas.

Al término e la reunión y ante el nuevo intento fallido, el presidente del comité de empresa, Javier Escobar, ha instado al concejal de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento, Alfonso Gil, a «tomar cartas en el asunto» e implicarse «al cien por cien» en la resolución del conflicto.

La huelga en el servicio se inició el pasado día 2 en demanda de la readmisión de siete trabajadores despedidos en diciembre y de la negociación del convenio «sin chantajes"»

Según ha indicado Escobar a EFE, la parte de los trabajadores ha ido «con la mano tendida» a la reunión, pero «otra vez se ha visto la falta de voluntad de acuerdo» de la empresa, que ha acudido al encuentro «sin los deberes hechos».

El sindicalista ha afeado a la dirección que diga que la readmisión de los trabajadores despedidos sería «una consecuencia de la negociación del convenio» al considerar este planteamiento como «un chantaje en la negociación colectiva».

Fuentes de la empresa, por su parte, han acusado al comité de mantener una posición «extrema» por exigir «de forma maximalista que se admitan todas sus condiciones sin excepción».

La dirección ha considerado que esta postura «deja poco lugar para la negociación» y ha recordado que los trabajadores del servicio de la OTA en Bilbo «cuentan con uno de los mejores convenios colectivos» del sector.

Según la empresa, para negociar la readmisión de los despedidos debe haber «garantías» de que el nuevo convenio asegure el cumplimiento del contrato con el Ayuntamiento de Bilbo y de que se ponga fin «a la huelga de celo» desarrollada en los meses previos al inicio de la huelga indefinida, cuando se registraron unos niveles de productividad «muy por debajo» de la media del sector, han asegurado.

La empresa, según han insistido, debe tener garantías de que la parte sindical se compromete a desconvocar la huelga y a que el trabajo se desarrolle de una manera eficiente