En el caso del robo de Burlata, acusado accedió forzando la puerta de una bajera contigua. Los propietarios oyeron ruidos y sorprendieron a dos jóvenes revolviendo los armarios, que emprendieron la huida. Los perjudicados avisaron a la Policía Municipal de la localidad que les aconsejaron no tocar nada hasta que acudiera la policía científica de la Policía Foral a tomar huellas. En la denuncia echaron en falta una tablet, un ordenador portátil y una bicicleta, según señala Policía Foral en una nota.
Los policías forales realizaron la inspección ocular y localizaron objetos con huellas que permitieron identificar a uno de los implicados, un varón de 25 años de origen marroquí y con antecedentes relacionados. La Policía Municipal de Burlata lo detuvo poniéndolo a disposición de la Policía Foral en calidad de detenido, que continuó con la elaboración del atestado correspondiente.
En lo que respecta al segundo caso, un policía foral fuera de servicio actuó en un supermercado donde un vecino de Iruñea de 35 años cometió sendos delitos de robo con violencia y atentado a agente de la autoridad.
Los hechos sucedieron cuando observó a una empleada del establecimiento recriminando a un hombre que se marchaba sin pagar varias botellas de bebida, valoradas en 32 euros. El agente se identificó como policía y dio el alto al ladrón, que se revolvió contra él y llegó a esgrimir un destornillador.
El policía foral lo redujo y controló hasta la llegada de una patrulla de apoyo uniformada, que trasladó al detenido hasta dependencias de Policía Foral. Se ocupa de las diligencias el Juzgado de Instrucción nº 5 de Iruñea.