Iñaki TELLERIA

Iñigo Martínez, el oscuro objeto de deseo, ya ejerce de rojiblanco

El defensa central de Ondarroa, a pesar de que siempre se había resistido a las tentaciones que le llegaban desde Ibaigane, ayer hizo público su particular «sí quiero» al Athletic, club al que le juró, no ya amor eterno, sino fidelidad durante los cinco años y medio de su contrato. Aunque tal y como está hoy el fútbol de élite, ni eso se puede garantizar.

El Athletic ha tirado los tejos a Iñigo Martínez varias veces y el defensa de Ondarroa siempre le ha dado calabazas, tanto porque la Real respondía con una nueva mejora de contrato sin subirle la cláusula para no obstaculizar su salida o porque sonaban cantos de sirena, sobre todo, de un Barcelona que, tras la renovación de Messi y los fichajes de Paulinho, Dembélé y Countinho, ha tenido que tirar de Mina porque no le salían las cuentas si pagaba los 32 millones del central.

A pesar de que Martínez dijo que nunca jugaría en el Athletic y de que aconsejó a Illarramendi –cuando el Real Madrid le abrió la puerta de salida– y a Oyarzabal de que no ficharan por el club vizcaíno, desde Ibaigane han corrido un tupido velo sobre lo que consideran salidas de tono propias de una edad en la que es difícil manejarse ante los medios de comunicación. Piensa el Athletic que ha fichado un buen central zurdo y no un “community manager”.

Así, superado el morbo, Iñigo Martínez, que no dio opción a que la Real le hiciera una contraoferta, ha sido contratado hasta junio de 2023, a razón de 4 millones limpios al año y una cláusula de 80 millones.

«Gracias por apostar por mí»

En el acto, el presidente, Josu Urrutia, puntualizó que ni va a cobrar 5 millones , ni «va a ser el mejor pagado». Lo que sí va a ser es el jugador que más ha costado al Athletic en su historia, un motivo de «orgullo» para el defensa, quien agradeció a su nuevo club haber apostado por él. «No ha sido una decisión fácil cambiar de aires, pero me han hecho sentirme importante. Creo que ha sido la mejor, porque que mi tiempo en la Real se había terminado». Negó que lo haga por dinero «porque con el contrato de la Real ya tenía la vida resuelta. Me he decidido por la apuesta que han hecho por mí y porque sé que cada año vamos a pelear por algo».

Por su puesto, Iñigo Martínez fue preguntado sobre sus declaraciones de 2014 en las que decía que «nunca» jugaría en el Athletic. «Habéis tardado mucho en sacarlo», bromeó, para añadir que «eran otros tiempos. Era muy joven y entonces pensaba así, pero he ido cambiando de opinión. No me arrepiento de lo que dije, pero no es lo que pienso ahora. Ahora estoy contento donde estoy».

Reconoció ser contrario a las cláusulas anti-Athletic de algunos jugadores de la Real. De hecho, recordó que él no dejó que se la pusieran, «pero cada uno decide a la hora de firmar su contrato». Sin embargo, justificó la actual de 80 porque «tengo casi 27 años y ahora tengo claro mi futuro. Han apostado por mí, estoy cerca de casa, tenemos un gran equipo, puntero, que siempre está arriba y da guerra. Está claro que vengo a un grandísimo club».

Apuntó sobre sus nuevos compañeros que «he sido su rival y tienes la sensación de que pelean hasta el final, de que son una piña y, además, me llevo muy bien con muchos de ellos». El jugador dio por hecho que será pitado en el próximo derbi en Anoeta. «Es ley de vida y lo tengo que respetar. Es difícil de digerir pero…», justificó.

¿Y también Mikel Merino?

Pero no solo fue Martínez quien acaparó ayer la información sobre el Athletic, también llegaron noticias desde Inglaterra, no tanto las que reconoció el club de Ibaigane como las que generó el enfado de Rafa Benítez, entrenador de un Newcastle al borde de puestos de descenso, quien dijo que no suelta a Mikel Merino si no le traen un recambio de garantías. Ayer Urrutia no quiso entrar en detalles, aunque tampoco lo negó.