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Condenado a dos años y 143.000 euros tras lesionar con un cañón de confeti en Nochevieja en Iruñea

El titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Iruñea ha condenado a un joven por un delito de lesiones por imprudencia grave a dos años de cárcel y a indemnizar con 143.386 euros a una chica que perdió la visión en un ojo como consecuencia del disparo de un cañón de confeti en la Nochevieja de 2014.

La sentencia, que no es firme, relata que los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 1 de enero de 2015, cuando el acusado festejaba el Año Nuevo en la plaza del Castillo de Iruñea, hasta donde se acercaron dos compañeras de estudios del joven.

Con el propósito de festejar la entrada del año nuevo, cuando todos estaban en el interior del kiosko de la plaza, el chico disparó un cañón de confeti propulsado con gas, y lo hizo apuntando frontalmente hacia la cara de las dos jóvenes a una distancia de apenas un metro y en un lugar abarrotado de gente.

Una de ellas reaccionó a tiempo y se giró, con lo que recibió el impacto en la espalda, pero la otra lo recibió en el ojo, cayó al suelo, perdió la consciencia y notó un intenso dolor.

El texto recoge que a consecuencia de los hechos, la joven herida sufrió un traumatismo ocular con diferentes afecciones, que requirieron un tratamiento médico oftalmológico con 730 días de curación, de los cuales nueve fueron de hospitalización, 245 impeditivos para su actividad habitual y 476 no impeditivos para su actividad habitual.

Como secuela, a la joven le resta la pérdida del 90 % de la visión en el ojo izquierdo con incapacidad parcial para su vida habitual, un síndrome psiquiátrico, así como un perjuicio estético moderado.

A consecuencia de las lesiones, la chica ha sido intervenida en nueve ocasiones, con largos periodos de preparación para las intervenciones, en los que ha tenido que ir de forma frecuente de su localidad de residencia, Monzón, al Hospital en Zaragoza, hasta donde además ha debido ir al Servicio de urgencias en tres ocasiones.

La sentencia añade que la vida de la joven, tanto como su lugar de residencia, ocio, relaciones sociales o estudios universitarios, ha cambiado tras el accidente pues no puede desarrollar las mismas actividades que hacía antes, todo lo cual le ha provocado un «trastorno adaptativo mixto, con ansiedad y estado de ánimo depresivo».

En la vista, el fiscal pidió la imposición de una pena de 25 meses de prisión y el pago de una indemnización de 83.244 euros; la acusación particular instó a la imposición de dos años de cárcel y el pago de una indemnización de 157.095 euros; y la defensa solicitó la absolución del joven.