Victoria plácida, puerta a cero con Rulli otra vez bajo los palos, tres puntos al bolsillo y comunión realista en una noche gélida con poco más de 15.000 espectadores. No hay nada como un «ataque del enemigo exterior» –interprétese en el sentido deportivo del término– para cohesionar a un colectivo.

La caída clasificatoria realista marcaba como clave la llegada del Depor, que marca la frontera con el descenso. El trinfo supone dejarles a nueve puntos más el average. Y también ha dejado en evidencia que existe un abismo aún mayor entre la calidad que atesoran unos y otros. Aunque eso luego hay que demostrarlo sobre el verde y trasladarlo al marcador.

El encuentro ha sido un monólogo local. El guión habitual en Anoeta. Dominio, posesión, pocas ocasiones pero una a la cazuela. Juanmi ha recibido un buen balón al hueco de Zubeldia y su pase de la muerte lo ha remachado William José recién superada la media hora.

Los ojos daban motivos para la tranquilidad, pero la memoria no. Illarramendi ha clavado una falta desde más de 30 metros cuando el Depor daba síntomas de desperezarse. Corría el 62, y ya olía a placidez. Los más temerosos han soltado el suspiro de alivio a falta de un cuarto de hora, cuando Canales ha resuelto perfectamente un mano a mano.

Ahí sí, los visitantes se han desmoronado definitivamente y Aritz Elustondo y otra vez Illarramendi han redondeado una manita balsámica antes de ir al Bernabéu. Ficha técnica / Clasificación