Esquerra quiere limitar al máximo las consecuencias que la investidura pueda tener tanto para el president del Parlament, Roger Torrent, como para su líder encarcelado, Oriol Junqueras, que consideran será tratado con mayor benevolencia si, fuera de la prisión, en el Parlament, se rebaja la intensidad del choque contra el Estado.
Sin embargo, no hay prueba empírica de que esto vaya a ser así, como lo muestra el auto con el que ayer el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena volvió a denegar la puesta en libertad del exconseller Joaquím Forn, a quien el magistrado no cree cuando le asegura que no volverá a reincidir en las supuestas acciones delictivas. Y eso que Forn renunció al escaño pensando que así sería más fácil recuperar la libertad condicional.
En una entrevista a la Agència Catalana de Notícies (ACN), Rovira defendió ayer la decisión de Torrent de posponer el pleno de investidura: «Ganar unos cuantos días para conseguir que la investidura sea efectiva es lo que realmente nos garantiza recuperar las instituciones, no desaprovechar la mayoría independentista en el Parlament y no acabar teniendo efectos judicialmente negativos para muchos diputados». A la par, la líder de Esquerra también pidió consensuar con JxCat una «estrategia para toda la legislatura» como paso previo a celebrar el pleno de investidura.