Fatima Djarra es la responsable del programa desde sus inicios. Según ha explicado en un encuentro con los medios, los principios fueron dificiles. Acceder a la población africana residente en Iruñea era una tarea compleja porque los originarios de cada país o de cada zona vivían en espacios cerrados, sin apenas contacto con otros grupos.

El primer paso fue contactar con personas influyentes en la comunidad, generalmente hombres que eran líderes religiosos. «Al principio, los hombres no lo aceptaban», explica. Cuando acudía a la mezquita avisaba a compañeras de Médicos del Mundo de que le fueran a buscar si no regresaba en un periodo de tiempo establecido. Relata que había hombres del entorno de la mezquita de Sanduzelai que decían que actuaba en contra de la religión musulmana. Djarra niega categóricamente que trabajar por la erradicación de la mutilación genital femenina sea atacar al Islam y recuerda que no hay ningún versículo del Corán que avale esta práctica.

Pese a ello, la mutllación genital femenina está arraigada en 29 países de África y Oriente Medio, aunque también se lleva a cabo en Europa, América Latina o EEUU. Se estima que en Nafarroa hay 200 niñas en riesgo de sufrir mutiliación genital femenina. Son menores de 14 años residentes en el herrialde pero pertenecientes a familias originaras de países en los que la práctica está arraigada. La cifra de niñas en riesgo se eleva hasta los 200 millones a nivel mundial.

Información y sensibilización

Djarra destaca que la información y la sensibilización son esenciales para luchar contra la mutilación genital femenina. Ha puesto como ejemplo el caso de Farmata Watt, otra de las mediadoras que actualmente trabajan en Médicos del Mundo. Cuando contactó con ella para hablarle de esta práctica, la encontró cerrada, incluso enfadada. Se negaba a reconocer la existencia de la mutiliación como un acto negativo. Era algo que se hacía a las niñas, sin más. Algunos incluso la comparan con la circuncisión masculina, propia del Islam. Pero la información de los efectos de esta práctica en las niñas (y en las mujeres, años después) fue determinante para que se convirtiera en una mediadora contra la mutilación. En este periodo, en Nafarroa han trabajado 50 personas voluntarias y diez mediadores.

Watt y Djarra han señalado que en los países en los que la mutilación está arraigada hay leyes contra esta práctica, pero no se cumplen. Especialmente, en el ámbito rural. Por ello, uno de los momentos más críticos es cuando estas niñas viajan en vacaciones a los países de origen de sus familias. «La abuela, una tía, la vecina... te pueden robar a la niña para practicarle la mutilación», explica Watt.

Por ello, en los últimos años, acuden a África con un documento en el que se explica que si se practica la mutiliación genital femenina, quienes residen en Europa pueden tener serios problemas legales al regresar. Estos migrantes son habitualmente el sostén económico de sus familias que han quedado en el lugar de origen. La pérdida de estos fondos es un argumento de peso para erradicar la práctica.

Djarra ha destacado para erradicar la mutilación genital femenina es necesario cambiar las mentalidades más allá de la existencia de leyes.

Día Internacional contra la Mutiliación Genital

Hoy se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutiliación Genital Femenina. Por este motivo, Médicos del Mundo ha instalado un punto de información en la Plaza del Castillo de Iruñea en el que abordarán la temática durante toda la mañana.

A las 20.00, los cines Golem Baiona acogerán la presentación del documental ‘La manzana de Eva’, que aborda las consecuencias de la mutilación genital femenina y en el que han participado Djarra y Watt.