El sindicato indica en una nota que «la sección sindical de ELA ha afrontado este proceso con el objetivo de que las salidas se produjeran en las mejores condiciones siempre bajo el criterio de voluntariedad, pero sobre todo ha tratado de garantizar un futuro a la plantilla que permanecerá en la multinacional, participando activamente asimismo en mejorar las condiciones de aquellos que también quisiesen irse durante el periodo del plan de negocio».

Recuerda que, a lo largo de la negociación, «la dirección de Siemens Gamesa se comprometió a no ejecutar despidos traumáticos durante el Plan de Negocio (2018-2020) siempre y cuando las cifras de salidas voluntarias cubrieran la necesidad de la compañía, condición que se cumplió puesto que 222 compañeros y compañeras decidieron acogerse al plan de salidas voluntarias»

 Sin embargo, a pesar de que la empresa consiguió su objetivo, «no ha cumplido con su palabra y ha sido incapaz de ofrecer la garantía de empleo prometida».

ELA señala que «ha cuestionado desde un inicio la necesidad del ajuste y ha perseguido conseguir para todos los trabajadores de Navarra y CAPV condiciones similares a las de los compañeros alemanes y franceses. Es decir, ha pretendido un compromiso por parte de la empresa de garantizar un mínimo de tres años sin despidos traumáticos».

Añade que en la propia presentación de Plan de Negocio de la Compañía para los años 2018-2020 «se ofreció una visión muy optimista del futuro y se aseveró que no harían falta nuevos ajustes, una visión totalmente contradictoria con la negativa de la empresa de garantizar el empleo hasta 2020».

A pesar de no haber alcanzado un acuerdo, quiere dar valor «a la respuesta contundente y masiva que protagonizó la plantilla de Gamesa, gracias a la cual la empresa tuvo que retirar en noviembre el ERE que tenía como objetivo el despido traumático de 150 personas en Navarra y en la CAPV. La organización y determinación de la plantilla de Gamesa obligó a la empresa a tener que negociar un plan de salidas voluntarias y prejubilaciones».

En sentido opuesto, los delegados de ELA se muestran «muy críticos con la empresa por su deslealtad, y no haber cumplido su palabra, a pesar de haber logrado su objetivo en cuanto al número de adhesiones a las salidas voluntarias».

Asimismo, echa de menos «una reflexión crítica por parte de la empresa hacia su gestión y es que el hecho de que tantas personas hayan querido salir de la empresa demuestra que las cosas no se están haciendo bien en la compañía. Por otro, lo sucedido refuerza las críticas de ELA hacia la absorción de Gamesa por Siemens y la falta de rumbo en una compañía que es incapaz de hablar de futuro más allá de 2018».

Por último, se reafirma en su compromiso por seguir luchando para garantizar la estabilidad y el futuro a la plantilla.