Las paradas de Kepa Arrizabalaga y un gol de Williams han permitido puntuar trece años después al Athletic Club en el Santiago Bernabéu, por delante en el marcador hasta que un taconazo de Cristiano Ronaldo ha evitado la derrota madridista.
La poca trascendencia del duelo ha invitado a un intercambio de golpes de inicio. Los de Ziganda manteniendo el orden y en pie siempre gracias a Kepa. Si el Real Madrid llegaba desde los costados buscando el remate de Cristiano, el Athletic ha comenzado respondiendo con ocasiones. La libertad de movimiento de Raúl García ha encontrado espacios entre los centrocampistas y los centrales del Real Madrid. Su primer pase ha dejado en buena posición a San José que, con Williams solo para marcar, ha optado por el tiro raso y se ha topado con Keylor Navas.
Las llegadas del Real Madrid le hacían merecedor del gol pero en el minuto 14, cuando de nuevo ha aparecido un agujero que ha aprovechado Córdoba, su pase al espacio lo ha aprovechado con brillantez Williams que picaba el balón ante Keylor.
El Athletic debía ser un bloque unido para evitar romperse. Ha renunciado en exceso al ataque pero cuando ha podido correr lo hizo con peligro. Raúl García picaba el balón con calidad, pero no caía dentro de la portería. Antes del descanso, Kepa volvía a sacarle el gol a Asensio.
Nacía el segundo acto sin el arranque de rabia madridista ni apuros para el Athletic. El protagonismo de Kepa se rebajaba y los de Ziganda han podido aumentar la brecha. Williams acariciaba el segundo pero Keylor lo evitaba lanzándose para evitarlo al centro lateral, Córdoba estrellaba su disparo en Marcelo, salvador bajo palos, y Raúl García en el travesaño.
El Real Madrid no encontraba por donde dañar la defensa ordenada del Athletic, buscando siempre disparos que acababan blocados con seguridad por Kepa.
Era la hora de pasar al plan b de Zidane con la entrada de Isco, que ha aportado mayor fluidez, y de Bale. El Athletic encerrado ante los impulsos madridistas se le ha hecho largo el partido. Los minutos eran una losa y cuando Kepa parecía firmar la última buena intervención, respondiendo al disparo de Lucas, llegaba el tanto del empate a tres del final. Modric chutaba con potencia y entre todos, aparecía Cristiano para desviar de tacón la trayectoria del balón, marcar por duodécimo partido consecutivo y salvar a su equipo de la derrota.