Estos colectivos cristianos valoran de manera «positiva» este documento y señalan que «el proceso seguido por ETA tras el desarme y su próximo final definitivo constituyen pasos decisivos hacia una nueva época que implican, desde su correspondiente responsabilidad, en especial al Estado y Gobierno españoles y a sus instituciones, también a los autonómicos, a grupos políticos y a toda la ciudadanía, para lograr la completa superación del conflicto y la paz que viene de la justicia y respeto de todos los derechos».
Desde este prisma, las Comunidades Cristianas Populares, Herria 2000 Eliza y la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria reclaman «la supresión de las condiciones de excepcionalidad de los presos y presas políticos vascos».
En el comunicado también hacen referencia a la nota conjunta de los actuales obispos vascos, a quienes piden que «su solidaridad llegue a las víctimas de todas las violencias sin excepción».