El informe de la Guardia Civil en el que se basa la calificación de los hechos registrados el 15 de octubre de 2016 en el bar Koxka de Altsasu contiene una premisa básica: reclamar la salida del instituto armado de Nafarroa o de cualquier otro punto de Euskal Herria responde a una estrategia desarrollada por ETA y que se sigue aplicando, según esta tesis, a pesar del cese de la actividad armada en 2011.
La base documental de este informe son las publicaciones “Zuzen” y “Zutabe” de ETA y un documento incautado a Josetxo Arizkuren en 1999, además de un panfleto incautado en el gaztetxe de Olatzagutia «en 1999 o 2000» que se presentó como un «manual de Alde Hemendik».
A juicio de los autores del informe «ETA ha fagocitado la reivindicación Alde Hemendik», que se remonta a la demanda de desmilitarización de la Alternativa KAS.
«Indudablemente, Ospa está relacionado con Alde Hemendik y responde a las estrategia de ETA, como la expulsión de la Guardia Civil de Navarra», proclamaron los peritos.
Siempre según el informe, ETA habría puesto en marcha una «campaña Alde Hemendik» en la que se incluye desde el hostigamiento a los agentes para impedirles llevar a cabo una vida normal hasta atentados mortales, como el del cabo Juan Carlos Beiro en Leitza en 2002.
A partir de 2011, sin embargo, se produce un cambio cualitativo, ya que ETA decidió suspender su actividad armada, pero, según el informe de la Guardia Civil, «los objetivos estratégicos no han cambiado un ápice».
En ese momento, según el informe, ETA habría ordenado a «sus organizaciones satélites» sustituirle y llevar a cabo acciones para avanzar hacia esos objetivos. De este modo, hubo varios grupos que «se blanquearon mediante autodisoluciones», en alusión a Ekin, Segi y Askatasuna.
Como prueba de esta continuidad los peritos citaron la presencia de la flecha amarilla de Alde Hemendik en carteles de Sortu o de Ernai, a quienes presentaron como «los cachorros de ETA».
Según los peritos, en Altsasu se ha seguido «punto por punto» lo planificado en el «manual de Alde Hemendik» incautado en el gaztetxe de Olatzagutia en 2000. En la primera fase se aboga por «socializar el rechazo» y defiende la presentación de mociones en los ayuntamientos pidiendo la retirada de la Guardia Civil.
La segunda fase sería el tensionamiento para lograr el aislamiento de los agentes destinados en Euskal Herria y la última, la expulsión. «Esa última fase aún no ha llegado», apostillaron.
Altsasu sería uno de estos casos «de manual», según los autores del informe. Así, citan que el Ayuntamiento puso en marcha una comisión antirrepresiva, que sería el origen de Ospa Mugimendua, la versión local de Alde Hemendik, que también tendría presencia en otras localidades navarras «en las que se nos tiene especial animadversión», entre las que citaron Leitza, Lekunberri, Etxarri-Aranatz (a pesar de no tener cuartel del instituto armado) o Lizarra.
Como ejemplo de la fase de hostigamiento en Altsasu citaron lo sucedido en el bar Goya en 2011. Dos mujeres que mantenían relaciones sentimentales con dos agentes de la Guardia Civil regentaban ese establecimiento, que fue objeto de pintadas, colocación de contenedores para provocar daños, lanzamiento de petardos y apedreamiento de la puerta. Estas acciones no fueron reivindicadas.
Paradójicamente, los peritos reconocieron que no todas las acciones de rechazo a la Guardia Civil pueden atribuirse a Ospa, ya que hay gente que se niega a identificarse en un control o realiza acciones de desobediencia civil. Llegaron a señalar que el PNV, «al menos una parte», también aboga por la marcha de la Guardia Civil de Euskal Herria, «pero lo hace sin violencia, por lo que es una reivindicación legítima».
En cualquier caso, Ospa sí que responde a la estrategia de «la campaña Alde Hemendik de ETA», según los peritos de la Guardia Civil. Por ejemplo, la realización de fallas o la escenificación de la práctica de tortura por un grupo de teatro, correspondería a la fase de «socializar el rechazo». En esta fase se ubicarían también las comidas populares organizadas por Ospa. «Imagínese que el hijo de un guardia civil quiere ir. No se le permitiría. Es un ejemplo del rechazo», señaló una perita. Un ejemplo de «hostigamiento» sería el supuestamente padecido por los padres de la novia del teniente.
No hay orden documentada
A preguntas de la abogada defensora Amaia Izko, sin embargo, quedó acreditado que no existe una orden documentada de ETA a Ospa para continuar su actividad hostigadora de la Guardia Civil.
De hecho, los agentes reconocieron que «la inmensa mayoría de acciones de Ospa no son violentas; moralmente reprobables, quizás, pero no violentas». Le habían preguntado por el lanzamiento de farolillos al cielo para denunciar el hostigamiento policial, que los agentes negaron señalando que la media de controles y multas en Altsasu y Sakana es inferior a la media navarra.
Más aún. Los peritos no pudieron aportar ningún documento ni dato sobre la estructura de Ospa, que se limitaba a realizar asambleas en Gure Etxea. Si pidió permiso para celebrar la comida popular, «Jokin Unamuno tendría algún cargo», añadieron.
Arropados por los sindicatos navarros ante la Audiencia
&discHyphen;Una representación de los sindicatos navarros ELA, LAB, ESK y Steilas acudió ayer a las puertas de la Audiencia Nacional española.
En nombre de todos ellos, Imanol Karrera señaló que «estamos ante el tribunal de excepción que es la Audiencia Nacional española para denunciar el sinsentido y el despropósito jurídico que representa este juicio. Cada día que pasa se demuestra este despropósito».
Junto a ello, los representantes sindicales mostraron toda su solidaridad con el pueblo de Altsasu y con los jóvenes imputados.
«Entendemos que esta justicia no es ciega. Esta justicia es flexible y es buena con los ricos, con los poderosos, con los empresarios. Por el contrario, es dura e implacable con los jóvenes y con los trabajadores y trabajadoras», añadió Karrera, que destacó que su presencia ayer ante la Audiencia Nacional se debía también a la voluntad de trasladar el mensaje que la sociedad navarra trasladó en la manifestación del pasado 14 de abril. «Hay un sentir mayoritario que pide que este juicio acabe, que salgan libres los jóvenes imputados y que se acabe ya con este despropósito», subrayó.
La lehendakari navarra, Uxue Barkos, acudió ayer a Madrid a un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum y señaló que «la Comisión Europea está vigilante» en el juicio a los jóvenes de Altsasu ante una eventual conculcación de derechos. «Cuidado no nos volvamos a llevar un severo tirón de orejas», señaló.
Asimismo, Barkos aclaró, una vez más, que no pide impunidad para los agresores, sino que reclama proporcionalidad. «Una justicia lenta o desproporcionada no es justicia», proclamó.
Tras señalar que su Gobierno está con los agredidos y con quienes denuncian la desproporción, subrayó que los hechos de Altsasu «no son terrorismo» y recordó que destacados juristas han corroborado este planteamiento. M.D