Pérez dejó el liderazgo de Podemos Nafarroa, del que había sido la primera y hasta entonces secretaria general, en mayo del año pasado al perder por tan solo 28 votos unas elecciones en las que salió elegido el diputado navarro Eduardo Santos.

En este tiempo, en el que también se le retiró la portavocía del grupo parlamentario, donde ha continuado ocupando un escaño, ha tenido evidentes discrepancias con la nueva dirección de Podemos en Nafarroa.

En un comunicado en el que informa de su expulsión, Pérez expresa su «más profunda tristeza» por una resolución «orquestada por quienes desconocen, desprestigian y desprecian los importantes logros alcanzados en Navarra».

La Comisión de Garantías Estatal, asegura, ha ratificado su expulsión sin tramitar el expediente completo ni las alegaciones interpuestas ante la Comisión de Garantías de Nafarroa y, además, considera, durante este proceso se le ha obligado a probar su inocencia.

Al no dar por zanjado este expediente, Pérez anuncia que estudiará las vías judiciales oportunas y declara que «el acoso político, el escarnio público y maltrato» al que entiende que ha sido sometida «es impropio de una organización que dice defender la ética y el compañerismo».

Asimismo, denuncia que la Comisión de Garantías Estatal confirma que su expulsión no era firme y que la Comisión de Garantías de Navarra tampoco es competente para aplicar el Reglamento Disciplinario del Grupo Parlamentario, por lo que «la mayor parte de las acusaciones iniciales decaen».

«Sin embargo, para justificar la expulsión, basada en mi supuesta indisciplina, da tales acusaciones por acreditadas, lo que constituye un despropósito jurídico», añade.

A juicio de la ex dirigente de Podemos, «detrás de esta maniobra se esconde una clara intención de orientar el cambio en Nafarroa desde Madrid, fruto de la incomodidad que ha generado mi frontal oposición a posibles alianzas con los partidos del Régimen del 78».

También genera incomodidad, asevera Pérez, su oposición a «un Podemos domesticado que renuncia a sus principios fundacionales de democracia participativa, en el que no sobra nadie, que reconozca el derecho a decidir en Navarra sobre todo aquello que nos concierne, sin caer en el posibilismo institucional, que denunciábamos desde las plazas».

Pérez subraya que la ejecutiva de Nafarroa «practica la purga política, avalada por la Comisión de Garantías de Navarra, como la Estatal, impidiendo, obstruyendo y ninguneando, desde que dejara de ostentar la secretaría general, mi trabajo parlamentario, en detrimento del proyecto».

La parlamentaria interpreta que con su expulsión se pretende evitar que pueda presentarse en unas futuras elecciones primarias, con lo que «se utiliza el órgano de garantías para atacar mi actividad parlamentaria, lo que equivale a la judicialización de la política, que tanto denunciamos desde Podemos».

Pérez anuncia que seguirá trabajando desde su escaño «para fortalecer el cambio en Navarra», ya que, «por encima de siglas y marcas vacías, están los contenidos programáticos y el deber de respetar el mandato popular que se nos ha encomendado, frente a derivas burocráticas o de oportunismo político».