Javier Esparza, de UPN, ha dado las gracias a quienes participaron en la movilización y a las organizaciones que la apoyaron, y ha asegurado que en la misma se defendieron «la igualdad de oportunidades, la libertad para elegir y la proporcionalidad cuando se habla de euskera».
Tras mostrar respeto a quienes convocaron y acudieron, Koldo Martínez, Geroa Bai, ha opinado que es «peligroso jugar con las lenguas» pues «afectan al núcleo central de la convivencia», ha apostado por defender la supervivencia de las lenguas minoritarias y respaldo la política lingüística del Ejecutivo navarro, «muy centrada, reflexionada y prudente», una política «realista, basada en la libertad, en la voluntariedad de la ciudadanía».
Por encima del derecho a manifestarse, para EH Bildu «ha quedo claro que el objetivo no solo era ir contra la política lingüística de este Gobierno y contra el Gobierno, sino contra el cambio».
«El régimen ha intentado movilizar a la sociedad, no con demasiado éxito, y recuperar un protagonismo político que no tiene», ha comentado, y añadido que, sin embargo, «curiosamente se lo ha otorgado a formaciones Ciudadanos y Vox», por lo que se ha preguntado qué hacía el PSN en esta manifestación y advertido de que «mucho tendrá que rectificar para poder entrar en un debate sobre sus posiciones progresistas».
Javier García, PP, ha mostrado su «satisfacción» por una manifestación que ha considerado un «éxito», ya que, según ha subrayado, sacó a la calle a «30.000 navarros contra la política lingüística del Gobierno Foral», una marcha «pacífica», en la que, ha agregado, se defendió «la libertad y la no discriminación de la mayoría de navarros».
Por último, Marisa de Simón, de I-E, ha pedido «tranquilidad a quienes participaron en ella creyendo que el acuerdo programático incluía algún elemento de imposición del euskera, porque no es el caso, deja muy clara la voluntariedad», y ha asegurado que su coalición no aceptaría «ni abusos ni interpretaciones torticeras».