Joseba VIVANCO
Interview
LUCIANO WERNICKE
AUTOR DE «HISTORIAS INSÓLITAS DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL»

«Zaire comía monos como cábala y perdió»

Argentino nacido en 1969, es licenciado en periodismo y autor de libros como ‘‘Historias insólitas de los Mundiales de Fútbol”, “Historias insólitas de los Juegos Olímpicos”, “Historias insólitas del fútbol”, “Doctor y campeón” (con Carlos Bilardo), “James, nace un crack”, “Historias insólitas de la Copa Libertadores”, “Historias insólitas de la Copa América” o “El Matador” (con Mario Alberto Kempes).

Varios de los libros de este prolífico autor han sido traducidos al inglés, portugués, italiano, checo, finés, árabe e indonesio. Lo sabe todo sobre las ‘historias’ de los Mundiales.

¿La primera historia insólita de la historia de los Mundiales?

Debería responder que la elección de la sede, Uruguay. Sin embargo, voy a contarle que el torneo había sido programado para jugarse por completo en el estadio Centenario, construido especialmente para el certamen. Pero la obra no finalizó a tiempo y debieron utilizarse las canchas de los clubes Peñarol y Nacional como escenario de los primeros encuentros. En cualquier caso, hay que aclarar que la FIFA quiso organizar el primer Mundial de fútbol en 1906, con rondas iniciales en varios países y las semifinales y la final en Suiza. Fracasó por problemas económicos y logísticos. Por cierto, el francés Jules Rimet, fundador de la FIFA y creador de los Mundiales, nunca jugó al fútbol. No intervino, siquiera, en partidos escolares ni cuando se enroló en el ejército galo.

Serán cientos, miles de historias. ¿Hay alguna en especial que le haya ganado, que le haya enganchado de verdad?

Podría decirle que un centenar. No solo estos sucesos han ocurrido dentro de la cancha: los Mundiales han generado historias políticas, sociales y culturales, y en este último ‘rubro’ se han destacado muchas gastronómicas. Por ejemplo, los futbolistas de la selección de Zaire llevaron varios monos muertos en sus valijas para almorzarlos antes de los encuentros del Mundial de Alemania 1974. El mono asado era su plato favorito y, también, una cábala. ¡Perdieron todos los partidos! Aunque tampoco es mala la del Mundial España 1982, cuando Irlanda del Norte venció 1-0 a España en la primera ronda. El futbolista Gerry Armstrong estuvo la noche previa al partido en una disco y bebió ocho cervezas. Fue el autor del gol.

¿Hay historias que mejor no contar? Cuénteme una...

Pues mire, un albanés, convencido de que Argentina repetiría ante Bulgaria sus victorias previas sobre Grecia y Nigeria en el Mundial de EEUU 1994, apostó... ¡a su propia esposa! Pero antes de ese partido, Maradona fue suspendido por dóping, Caniggia se lesionó y el equipo sudamericano perdió. La mujer, entonces, se quedó con el quinielero.

Y una historia mundialista para llorar...

Muchas relacionadas con la II Guerra Mundial. Futbolistas que murieron durante el conflicto, u otros que se salvaron de milagro, como Fritz Walter, quien luego sería capitán de la Alemania campeona en Suiza 1954. Peleó para Alemania, capturado por los rusos en Hungría estuvo a punto de ser deportado a Siberia: un guardia lo reconoció, lo había visto jugar un Hungría-Alemania, lo escondió y lo envió a Austria. Luego ganó la Copa.

Una para reir...

El editor de deportes del periódico ‘‘The New York Times’’ tiró a la basura el cable de agencia que anunciaba la victoria de EEUU ante Inglaterra, 1-0, en Brasil 1950. ¡Pensó que era una broma!

Una para olvidar...

Las que consideré olvidables no fueron incluidas en el libro.

De sexo en los Mundiales ni hablamos, ¿o sí?

Cito casos en los que el apetito sexual tuvo consecuencias muy curiosas, como la de quien iba a ser el arquero titular de Uruguay en 1930, que fue echado del equipo por escaparse del hotel para verse con una señorita.

¿El Mundial más rico en historias?

Brasil 1950. Fue el primero después de la II Guerra y puntapié para la universalidad de la Copa. Además, se dieron muchas curiosidades con el famoso ‘Maracanazo’. Flavio Costa, el técnico local, debió refugiarse durante dos días en un vestuario del estadio para no ser linchado por una turba de hinchas furiosos. Finalmente, escapó disfrazado... ¡de mujer! Fue también, entre otras muchas cosas, el primer Mundial en el que se utilizaron los números en las camisetas.

¿Un seleccionador rico en historias dignas de nombrar?

Carlos Bilardo. Es una ‘usina’ de curiosidades y anécdotas con sus cuestiones cabalísticas, declaraciones, actitudes, etc. Por ejemplo, cuando Argentina llegó a Torino para enfrentarse a Brasil por los octavos de final de Italia´90, Bilardo descubrió que en el hotel se celebraba una boda. En Italia hay un dicho que le habían mencionado sus abuelos: “Fidanzata porta fortuna”, o “la novia trae suerte”. Por eso, mandó a los jugadores a sacarse fotos con la novia, y hasta le pidió un ramo de flores. Al día siguiente, Bilardo comprobó que, en efecto, ‘la novia trae suerte’: Argentina ganó con un golazo de Claudio Caniggia.

Sus cábalas... Las camisetas azules que utilizó Argentina para enfrentarse a Inglaterra en los cuartos de final de México´86 fueron diseñadas de afán por el propio Bilardo. Y ganaron. Otra anécdota es que rechazó la medalla que recibió por ser el técnico campeón del mundo en México 1986, porque estaba convencido de que no la merecía por haber sufrido dos goles desde sendos tiros de esquina. Cuando retornó al vestuario, se la descolgó y la tiró hacia atrás. Nunca supo quién se la quedó.

E imagino que futbolistas, algunos, muy ricos en historias.

Diego Maradona es, probablemente, el que más anécdotas ha generado. Por capacidad, protagonismo y personalidad.

¿Cuál es su anécdota preferida del ‘Pelusa’?

En el plano mundialista, lo que más me ha llamado la atención es que César Menotti no lo incluyera en el plantel que intervino en la edición de Argentina 1978. El propio entrenador reconoció unos años más tarde que se equivocó. El error, de todos modos, quedó oculto por el triunfo.

¿Alguna de Leo Messi?

Algo parecido a lo que le sucedió a Diego: que el selccionador Néstor Pekerman lo dejara fuera del encuentro de cuartos de final ante Alemania en el Mundial de 2006. Argentina ganaba 1-0, jugaba de contra y nadie mejor que Leo para ese rol. Sin embargo, el técnico prefirió dejarlo en el banco.

También ha publicado una biografía sobre el colombiano James Rodríguez, ¿tan atractivo resulta escribir de él, puede ser el Mundial del «cafetero»?

Por un lado, sí, ha sido atractivo escribir sobre James. Su historia pre-profesional es fascinante. Respecto de si será la estrella del Mundial, es difícil predecirlo. Yo no hubiera apostado un euro por él en Brasil 2014 y se consagró como máximo goleador. Tal vez su actuación se repita, no lo sé. Pero hay dos récords que James puede conseguir en Rusia: ser el máximo goleador en dos Mundiales consecutivos, algo que nunca sucedió, y estirar a 7 los partidos consecutivos en los que un jugador marca al menos un gol, algo que hoy lo comparten Jairzinho y Fontaine, con 6.