El Bilbo más multicultural suma voces y colores a la cadena humana
La cadena humana ha atravesado Bilbo camino de Gasteiz con numerosas ondulaciones y mucho color amarillo en la Plaza Elíptica, donde se ha concentrado buena parte de la diáspora catalana y representantes de las fuerzas soberanistas desplazados a Euskal Herria. En el Bilbo más antiguo, la multiculturalidad ha aportado más colores y ritmo a la cita. Entre sus razones para participar: «vivimos aquí y también queremos que cambien las cosas».
Mucho antes de la hora prevista, la cadena humana ha estado prácticamente formada en el corazón de Bilbo, con la Plaza Elíptica como uno de los puntos de expectación, porque allí se ha reunido buena parte de la diáspora catalana en Euskal Herria y allí han participado también representantes de las fuerzas soberanistas catalanas desplazadas para participar en la cadena humana por el derecho a decidir.
Pañuelo mediante, unidos de la mano y hasta por un bastón o una muleta, en algún caso, miles de personas han participado en la iniciativa, en la que no han faltado las habituales «olas» que han dibujado una cadena serpenteante ante la que los voluntarios de la organización en bicicleta han tenido que surfear casi constantemente.
El ambiente festivo ha sobrevolado la cita en todo momento, pero si en algún punto ha tenido momentos más vibrantes ha sido en las inmediaciones de Bilbao La Vieja, donde la multiculturalidad ha sumado más colores, reivindicaciones y voces a la cadena humana. Ciudadanos y ciudadanas vascas procedentes de todo el mundo han sacados sus banderas y sus atuendos tradicionales hoy para sumarse a la cita de Gure Esku Dago y visibilizar sus culturas.
Tal y como ha comentado a NAIZ Agustine Ngologmo, una camerunesa de 31 años, que lleva un año en Euskal Herria nada fácil en lo personal, «la cosa no está bien pero vivimos aquí, yo quiero ayudar como el resto, porque queremos que cambien las cosas».
En la calle Hernani, personas migrantes han destacado, asimismo, que iniciativas como la cadena de hoy les hacen sentirse parte de la comunidad y sentir que están aportando algo a la misma.
Tras la cadena humana, el ambiente se ha desplazado al Casco Viejo, donde hay varias actividades programadas para alargar la fiesta hasta la atrade. Allí se han concentrado joaldunak, txarangas... y están previstas actuaciones musicales en distintos locales, que también reflejan el Bilbo más multicultural.
De hecho, el programa incluye danzas bolivianas y percusión senegalesa, y actuaciones musicales de ciudadanos vascos procedentes de otros lugares junto a Niko Etxart y Rafa Rueda.