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El barco de Lifeline con 230 migrantes, aún sin permiso de Malta para atracar

Responsables del barco de la ONG alemana Lifeline, que lleva seis días esperando en el Mediterráneo con unos 230 migrantes en condiciones dramáticas, afirmaron que aún no han recibido instrucciones de Malta, a pesar de que ayer se anunció que les dejaría atracar.

Imagen del barco Lifeline, en el que se encuentran 230 migrantes. (Felix WEISS / AFP)
Imagen del barco Lifeline, en el que se encuentran 230 migrantes. (Felix WEISS / AFP)

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo ayer que Malta había dado su autorización a que el barco atracase en sus puertos, pero las autoridades maltesas aún no ha dado el permiso ya que esperan que los países europeos se hagan cargo de los migrantes a bordo.

Por ahora solo Portugal, el Estado francés e Italia han mostrado su disponibilidad a reubicar una cuota de estas personas en sus territorios. Mientras tanto, la ONG alemana ha pedido a las autoridades maltesas que den el permiso al menos de acercase a las costas de la isla para protegerse de las altas olas y fuertes vientos ya que muchas de las personas a bordo están gravemente mareadas y se esperan que el tiempo empeore.

Tres de los migrantes han tenido que ser trasladados a la clínica del barco por sus malas condiciones de salud, añadieron.

El fundador de la ONG alemana, Axel Steier, ha acusado al ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, de estar bloqueando la entrada del barco en Malta, ya que el resto de políticos europeos «han mostrado la voluntad de resolver la situación». «Con más de 200 personas a bordo, hoy es el sexto día para el Lifeline en el mar, con condiciones meteorológicas que están empeorando y las condiciones de salud cada vez más deterioradas para las personas rescatadas», explica la ONG en un comunicado.

La organización humanitaria también se ha defendido en la nota de lo que consideró «falsas acusaciones» de haber ignorado las órdenes del Centro de Coordinación de Rescate (RCC) de Roma y por lo que Malta ha anunciado que abrirá una investigación. «Es importante subrayar que la única orden que el barco denegó fue la de entregar las personas al llamado Servicio de Guardacostas de Libia, ya que esto no respeta la Convención de Ginebra sobre los Refugiados y, por lo tanto, es ilegal», agregan.

Explican que el pasado 21 de junio «después de solicitar a las autoridades libias a qué puerto de seguridad podían dirigirse, el barco recibió la respuesta de desembarcar en Trípoli, lo que habría sido una violación del principio de no devolución». «Por lo tanto, es importante declarar que Lifeline obedeció todas las instrucciones de las diferentes autoridades marítimas siempre que estas cumplieran con el derecho internacional», añaden.

Mientras la embarcación espera la autorización, el ministro del Interior de Italia, el ultraderechista Matteo Salvini, ha celebrado lo que considera que es una nueva victoria para su Gobierno, después de que haya prohibido la entrada en sus puertos a ONG con salvados a bordo.