En sus días de futbolista, cuenta el escritor mexicano Juan Villoro, César Luis Menotti recibió una reprimenda de un compañero por no perseguir una pelota, a lo que el argentino replicó: «¿además de jugar, también tengo que correr?». No sabemos si Menotti tendría sitio en el equipo de su paisano Eduardo Berizzo, pero lo que no cabe duda es que el jugador de los 34 que finalmente se quede en la plantilla bilbaina que no esté dispuesto a dejarse esta temporada hasta la última gota de sudor en cada entrenamiento y cada partido, ya puede pedir la cuenta. El nuevo técnico rojiblanco dirigió ayer su primera sesión en Lezama y se sentó después ante la prensa para dejar claro que responde a todo, que se moja en todo y que desde el minuto uno sus hombres y el aficionado van a tener cristalino cuáles son sus intenciones y mandamientos. Y esos pasan por una exigencia y compromiso máximos que recuerdan a aquel primer año de Marcelo Bielsa, y un fútbol donde el protagonista vuelva a ser el conjunto rojiblanco e, importante, «la posesión sea un arma, no un problema». Fútbol de ataque, un esquema 4-3-3 que presione y recupere rápido, apuesta decidida por los carrileros largos que lleguen arriba y todo un catecismo apuntalado en dos máximas: «Enamorar a mis futbolistas con esta idea de juego» y a partir de ahí la «necesidad de encender a nuestra afición».

El ‘Toto’ Berizzo pinta bien. Su convincente discurso, lo que contagia en sus palabras, la propuesta futbolística que le precede, su sincero compromiso con el club y el sentimiento que sabe hay detrás de ese escudo, su disposición abierta a no regatear respuestas ni esconderse tras recurrentes muletillas. «Para mí es un gran reto estar aquí», dijo. Balón y ritmo, balón e intensidad en cada ejercicio, así son sus sesiones. «Soy un enamorado del entrenamiento, no me permito que un entrenamiento me salga mal. Porque lo que sucede en el campo se instala», añadió.

Pinceladas de lo que promete. Tiene claro que «me gusta atacar el máximo de tiempo posible, pero también hacerlo con un sistema defensivo fiable que recupere rápido». Berizzo, enfatizó ayer, «espero mucho de este equipo y confío mucho en él», dejando patente que «será una temporada de mucho esfuerzo y eso es lo que he visto en la mirada de mis futbolistas». Y también sabe lo que no quiere, «un equipo quieto y previsible».

«El futuro con Aduriz, siempre»

El argentino no esconde esas preferencias por un esquema de «cuatro defensas y tres atacantes», remarcó, dando mayor flexibilidad a la hora de conjugar los tres mediocampistas que cada jornada salten de inicio al terreno de juego. Si nos atenemos a sus tiempos en el Celta, habitualmente solía utilizar un generador de juego, alguien con buen trato con la pelota, y dos hombres arropándolo encargados del trabajo ‘sucio’. El propio ‘Toto’ reveló que la idea a transmitir en el Athletic es la misma que puso en liza en Vigo con tan buenos resultados en el año en que incluso llegó muy lejos en competición europea y Copa. Lo dicho, el técnico no esconde sus propuestas ni objetivos. Eso sí, «los jugadores necesitan que las ideas del entrenador le estimulen. Ese será mi desafío, que se sientan seducidos por la idea de juego protagonista que les propone su entrenador».

A partir de ahí, de conseguir esa adhesión del jugador y hallar esa propuesta, «cuando esa manera de jugar es sólida, accedes a triunfos. Y cuando eso se vuelve natural te tienes que centrar en ir lo más arriba posible. Este es un grupo fuerte en lo físico y capaz de desplegar fútbol sin bajar esa intensidad. Creo que podemos ser capaces de formar una fuerza muy sólida».

Tiene 34 jugadores, además de Kepa que se incorporará para viajar a Holanda. No tiene prisa por los descartes, quiere verlos y acertar, matiza. Le gustan los jugadores polivalentes que puedan interpretar diferentes papeles dentro de un mismo partido. «Me imagino el futuro con Aduriz, siempre», lanzó un guiño al goleador y advierte que «nunca vi a un equipo desconectado de la gente al que le vaya bien».