El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, amenazó a EEUU con la ruptura de su alianza estratégica y con que Ankara buscará «nuevos aliados» en caso de que el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, persista en sus «amenazas» y no retire las sanciones a la economía otomana, que han provocado un desplome histórico de la lira turca.

Cruce de declaraciones, sanciones, amenazas mutuas de represalias diplomáticas, multiplicación por dos de las tarifas aduaneras estadounidenses al acero y al aluminio turcos: la pugna entre Washington y Ankara se tensa a cada día que pasa y la presión de EEUU amenaza con hacer efectiva la implosión de la burbuja económica turca, presagiada desde hace tiempo por los analistas.

En el corazón de esta pugna la suerte del pastor estadounidense Andrew Brunson, juzgado por «terrorismo» y «espionaje» y en prisión domiciliaria desde julio tras ser detenido hace año y medio. EEUU exige su liberación inmediata y Turquía defiende su intercambio por la extradición del clérigo Fetullah Gülen, quien vive en Pensylvania desde 1999 y sospechoso para Ankara de ser el arquitecto de la fallida asonad del 15 de julio de 2016.

«Es una lástima que estén cambiando a un socio estratégico de la OTAN por un pastor», amenazó el presidente neotomano en un mitin en Unye, en la ribera del Mar Negro».

«A menos que EEUU comience a respetar la soberanía de Turquía y demuestre que comprenden los peligros que enfrenta nuestra nación, nuestra asociación podría estar en peligro», insistió en un artículo de opinión publicado ayer mismo en “The New York Times).

«Un fracaso a la hora de invertir la tendencia al unilateralismo y a la falta de respeto nos obligaría a buscar nuevos amigos y aliados», amenazó. EEUU y Turquía son aliados en la OTAN y el Pentágono dispone de la estratégica base de Incirlik, en el sur de Anatolia.

La cuestión kurda

Erdogan no desaprovechó la tribuna del diario neoyorkino para arremeter contra la alianza de EEUU con los kurdos de Siria.

Así, y tras acusar a EEUU de no condenar «inequívocamente» el intento de golpe de Estado de 2016, le afeó por hacer oidos sordos a su insistencia en que deje de entrenar y equipar a las milicias YPG, «rama siria del PKK que nos ataca en Siria, Irak y Turquía».

Irán hace causa común con su vecina Turquía

La República Islámica de Irán, que ha sufrido estos meses el desplome de su moneda por el restablecimiento de las sanciones estadounidenses tras la retirada por parte de Trump del acuerdo nuclear, ha tomado claro partido por Turquía.

«El indisimulado júbilo (del presidente Donald Trump) al imponer dificultades económicas a Turquía, su aliado de la OTAN, es vergonzoso», escribió en twitter el jefe de la diplomacia iraní, Mohammad Javad Zarif.«Los EEUU deben aprender a controlar su adicción a las sanciones y a la intimidación o, de lo contrario, el mundo entero se juntará y, más allá de condenas verbales, les obligará a hacerlo», señaló Zarif, quien no desaprovechó la oportunidad para mostrar su apoyo al país vecino en un momento en el que el propio Erdogan amenaza con buscarse nuevos aliados. «Hemos apoyado a nuestros vecinos antes y seguiremos haciéndolo», advirtió.

Trump, quien reconoció que «nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento», alardeó en twitter de que la lira turca «toca rápidamente fondo frente a nuestro muy fuerte dólar».

Por otro lado, El ministro iraní de Exteriores aseguró hoy que no habrá ningún encuentro con responsables estadounidenses con ocasión de la próxima Asamblea General de la ONU en setiembre. «Los estadounidenses no son honestos. Además, su adicción a las sanciones no permitirá que se lleva a cabo ningún dialogo», insistió Zarif, quien negó negó que Omán esté efectuando una mediación entre Irán y EEUU y justificó los recientes contactos con ese país como parte de la política exterior de la República Islámica. D.L.