En una comparecencia conjunta con el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras una reunión de dos horas de la Junta de Seguridad de Catalunya, el conseller Buch ha recordado que los lazos llevan ocho meses en el espacio público y que solo han sido un problema este verano cuando a «alguien le ha interesado que sean un problema».

Buch ha destacado que bajo ningún concepto considera que haya un problema de convivencia en Catalunya, y que la polémica solo llegó el 15 de agosto por los llamamientos que hizo «un partido político determinado», en alusión a Ciudadanos, lo que ha provocado «más actividad» en este sentido, ante lo que ha pedido que no se caiga en «provocaciones» y que, si hay enfrentamiento, se llame a los Mossos.

El conseller ha apoyado la presencia de lazos amarillos porque «lo único que reivindican es la libertad de los presos que se consideran presos políticos».

En relación con esta cuestión, Buch y Marlaska han pactado trabajar juntos para que el espacio público sea «neutral para todos los ciudadanos».

Aunque no han precisado medidas ni han explicado concretamente en qué consiste esa neutralidad, Buch ha afirmado que buscarán que el espacio público sea para «el encuentro y no monopolizado por nadie».

El ministro y el conseller han coincidido en que la responsabilidad recaerá en los Mossos, quienes «tienen parámetros» para garantizarlo.

CITCO

Por otro lado, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y Grande-Marlaska han acordado que los Mossos se integren en el Centro de inteligencia contra el terrorismo y el crimen organizado (CITCO) antes de 30 días, han informado fuentes conocedoras.