El que perdona lo paga, reza el axioma futbolístico. Más si a renglón seguido el guardameta peca de blando en los balones aéreos cuando el rival lanza un córner.

Así que la Real ha firmado posiblemente su mejor encuentro de la temporada, pero no ha podido puntuar en el estreno del remozado Anoeta. Aunque aún falta todo un fondo por remodelar, la nueva grada Aitor Zabaleta y la cercanía por la eliminación de las pistas le dan un aire completamente diferente.

La tarde empezaba agridulce, homenaje merecido a un Imanol Agirretxe que no se va cuando quiere, sino obligado por las lesiones. El ariete de Usurbil ha saltado al verde acompañado de su familia, ha recibido la insignia de oro y brillantes y ha marcado el primer gol mientras se coreaba el clásico «Agirretxe, ale, ale, ale».

Desde el pitido inicial el Barça se ha hecho con la posesión, pero sin crear peligro. Los de Garitano han cerrado los caminos de acceso a la meta realista, y además han aprovechado su única llegada de la primera mitad. Pardo ha colgado una falta al corazón del área, el balón ha quedcado muerto y ahí ha aparecido Aritz Elustondo para engatillar un zurdazo letal (1-0, 12’).

Los primeros agobios no han llegado hasta la recta final, sobre todo en un remate de Piqué que ha sacado Rulli con la pierna. Mientras, Suárez empezaba su habitual show de protestas, quedando en evidencia merced al VAR.

En la segunda mitad Valverde ha metido a Coutinho por Semedo, y el Barça se ha ido por el empate. Con más huecos, la Real ha tenido tres ocasiones para el 2-0. Oyarzabal, agotado tras recorrer todo el campo, ha chutado alto, mientras que Juanmi y Theo se han topado con Ter Stegen en sendos mano a mano.

El holandés ha mantenido a flote a los suyos, algo que no ha podido hacer Rulli. El argentino se ha mostrado muy blando un balón aéreo a la salida de un córner, y el balón ha quedado suelto para que Suárez hiciera el empate (1-1, 63’). La escena se ha vuelto a repetir tres minutos más tarde, esta vez con Dembele como ejecutor (1-2, 66).

Se ha pasado de un 2-0 o 3-0 a un 1-2 en un visto y no visto. Ya le sucedió algo similar en Leganés y Eibar.

Con el viento a favor el Barça ha tratado de meterle anestesia al choque. En los locales han entrado Bautista y Merino. Este último ha puesto un balón de oro en la cabeza de Juanmi, pero el malagueño la ha mandado fuera.  

La Real se plantaba en este choque con muchas dudas, por las lesiones de hombres importantes y por su nivel de juego. El debate se traslada ahora sin duda a la portería, donde con Moyá recuperado –hoy ya estaba en el banquillo– es muy posible que se produzca un cambio. Página especial de NAIZ