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Asiáin dice que la CAN no podía haber sobrevivido sola por «los riesgos evidentes»

El expresidente del Consejo de Administración de la CAN, José Antonio Asiáin, ha señalado que la entidad no podía haber sobrevivido en solitario porque «los riesgos eran evidentes».

Asiáin ha asegurado que «la actual Fundación mantiene la personalidad» de la CAN. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)
Asiáin ha asegurado que «la actual Fundación mantiene la personalidad» de la CAN. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)

Así lo ha indicado en la comisión de la Cámara navarra que investiga la desaparición de Caja Navarra y a preguntas de UPN, en la que ha explicado que, en su última etapa de presidente, algunos consejeros le pidieron estudiar si había viabilidad para la CAN en solitario, por lo que se encargó un estudio realizado por analistas financieros internacionales.

«Y dijeron que no -en referencia a los analistas-, que el coste para los sectores afectados habría sido mucho mayor», ha remarcado.

Asiáin ha apuntado que la crisis económica fue «evidente» en 2008 y que, por ello, en Caja Navarra «decidimos iniciar el camino que marcaba el regulador de integraciones». Por ello, en ese momento, se plantearon el «perfil» de los «eventuales socios».

Las conclusiones a las que llegaron, ha dicho, fuera que esos «socios» aceptaran el modelo de Banca Cívica, que fueran cajas líderes en su territorio, y que no entraran en competencia con Caja Navarra.

«En aquel momento todo el mundo hablaba con todo el mundo, pero los que elegimos pareja de baile fue Caja Navarra», ha remarcado para agregar que, de esta forma, las cajas con las que se integraron «aceptaron» las condiciones.

Igualmente ha precisado que en el primer contrato de Banca Cívica «dijimos que pretendíamos salir al mercado para buscar socios» y que esa medida, según ha trasladado, «a unos les gustaba, otros no lo tenían claro, y a otros no les gustaba nada».

«No estaba decidido en qué momento saldría a bolsa», ha comentado y que la elección del momento se produjo tras la entrada en vigor del decreto ley del 2011, una legislación que exigía a cajas con características como Caja Navarra un capital básico del diez por ciento.

Sobre si el Gobierno de Nafarroa autorizó la fusión con Banca Cívica y la salida a bolsa, Asiáin ha indicado que no se produjo esa autorización porque «no era preceptiva», es decir, «no hay ninguna norma que obligue a tener esta autorización».

Mantener la personalidad

En otro momento de su intervención ha comentado que la presidencia del consejo de administración de Caja Navarra «estatutariamente no es ejecutiva, sino institucional y representativa».

Asiáin ha afirmado que, cuando ejercía de presidente del citado consejo, «tenía obligación de impulsar el funcionamiento» del mismo, de forma que convocaba reuniones y moderaba los debates.

Asimismo, ha indicado sobre la responsabilidad derivada de su gestión, en la medida en que ostentaba el cargo de presidente, que «respondía ante el consejo» que le había elegido.

Igualmente ha comentado que la CAN era una entidad de crédito de actividad financiera y social y, con los excedentes que tenía, desarrollaba una acción social.

Así, ha apuntado que, con la llegada de la crisis «cambian las regulaciones» se aprueban varios decretos, y como consecuencia de la aplicación de esas leyes, Caja Navarra detiene su actividad financiera y se transforma en fundación de régimen especial.

«La actual fundación bancaria mantiene personalidad de caja de ahorros, aunque haya cambiado su naturaleza», ha remarcado.

A su vez, ha indicado que cuando una entidad deja de tener actividad financiera «ha desaparecido», un hecho que, ha precisado, «no es riguroso», pero que «si se admite», entonces «han desaparecido todas las cajas, excepto las que el regulador han querido que continúen».

Así, ha sostenido que «lo que ha sucedido en Caja Navarra debe verse como algo normal, algo que le ha sucedió a las cajas que, con esas características, han podido sobrevivir».

También ha detallado que él participó en las reforma de los estatutos, que se produjo en 2010, de la citada entidad bancaria extinta, una reforma que supuso «una despolitización total».